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—papi, así no —dice Fran mirando la trenza que le hizo Rodrigo—.
Me rio y Rodri suspira con una sonrisa, luego frunce los labios y desarma el intento de trenza.

Recién la termina de duchar y Fran quiere que le haga una trenza, pero a su papá no le estaría saliendo.
Digamos que a la idea la tiene, el problema empieza cuando tiene que llevar esa idea a la práctica.

Me mira y le sonrío para alentarlo, si hay algo que le tengo que admirar es la manera en la que quiere hacer feliz a su hija, es claro que no sabe hacer trenzas, pero como su hija se lo pidió el trata de hacerlo.

Y eso vale más que nada, porque si ustedes pudiesen ver con la sonrisa que lo mira su princesita entenderían de que hablo.

Suspira frustrado y me hace señas para que me acerque, lo hago y Fran nos sonríe.

—¿Qué pasa? —le pregunto agarrando la manito de Fran —.

—me explicás como es —pide señalando el pelo que tiene en su mano—.

¡basta te amo!.

—bueno le digo y sonríe,— tenes que separar el pelo en tres mechones, y cruzar el de la derecha con el del medio y ese mismo con el de la izquierda— agrego y me mira como si le hablase en chino básico—.

—¿no queres que te haga una colita? —le interroga con una carita que me mata—.

—enana ¿queres que yo la empiece, y que papá la termine? —digo y Fran mueve la cabeza en afirmación—.

—siii.

Rodri me sonríe y deja una caricia en mi hombro.

Me ubico para hacer la trenza y Rodri nos mira con una sonrisa enternecida en su boca.

—¿vo te sabe hacer tenza sola? —me pregunta Fran jugando con el peine en su mano—.

—sí, yo me hago muchos peinados sola —respondo y ella abre mucho los ojos, lo que hace reír a Rodrigo—.

—qué lindo titi, depue le enseñas a papi para que aprena —me rio y Rodri pone los ojos en blanco—.

Una vez que ya empecé la trenza, le doy el lugar a Rodri.

La termina y me mira como esperando que le diga algo.

—te salió hermosa —digo y le sonrío—.

—GRACIAAAA PAPII, SO EL MEJOR ¡LA AMOO! —dice y salta de la silla a los brazos de su papá que la llena de besos—.

—te amo princesa —dice y Fran lo agarra de los cachetes, luego frunce los labios y deja un besito en la nariz de Rodri—.

y la manera en la que le brillan los ojos a Rodrigo, es hermosa.

—gracia titi, te quiedo mucho —me dice y sonrío chocando los cinco—.

—de nada enana, cuando quieras soy asistente de tu papá —se ríe y Rodri nos saca la lengua, —y también te quiero —agrego dejando un beso en su manito—.

—¿Qué les parece si vamos a caminar un poco? —nos pregunta, y con Fran nos miramos porque ninguna tiene muchas ganas de caminar me parece—.

—mejor, poque no jugamo —dice y Rodri me mira con una mueca divertida—.

—me parece que son bastante iguales ustedes dos —me rio y Fran se cruza de brazos—.

—pero papi, toy canshada —suspira y hace como que bosteza, lo que nos hace reír—.

—me van a volver loco ustedes dos.

Quien me iba a decir que yo terminaría frustrada porque no me sale un puto castillo de arena.

Beso en las rocas. Rodrigo De Paul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora