Beso en las rocas. Rodrigo De Paul

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Me fascina la forma en la que Rodrigo me lleva de su mano admirando el largo camino que recorremos hasta llegar a las puertas de mi casa, los vecinos nos miran y a mi poco me importa; que todo el mundo sepa que lo quiero y soy muy afortunada por estar junto a él.

Tiene una pequeña sonrisa dibujada en su boca y gira la cara para mirarme.

Le sonrío y me adelanto para abrir la puerta, estiro mi mano atrayéndolo hacia mí, se acerca y me pongo de puntitas de pie para rodearlo con mis manos y dejar un pequeño beso en sus labios. Siento como se relaja eliminando la notable tensión que sentía contra mi cuerpo.

-Tranquilo, que ya te adoran —intento tranquilizarlo llevando mis manos a su torso,— te prometo que si te sentís incomodo nos vamos —aclaro sacándole una sonrisa—.

—confío en tu papá, solo que estoy algo nervioso —veo como sus ojos me demuestran más de lo que me dice con palabras,— sos mi segunda novia y la primera vez que hice esto tenía quince años —juguetea con el borde de mi remera y sonrío—.

—te quiero, y mi familia te adora, el solo hecho de saber que me haces bien para ellos ya es suficiente —me sonríe y baja la cara para darme un beso en la frente—.

—vamos —se convence y avanzo con él hasta la sala de estar—.

Lo tengo agarrado de la mano y me posiciono a su lado para que se apoye en mí, Fran es el primero en levantarse y caminar hasta donde estamos.

—familia, les presento a Rodrigo, mi novio —la mirada de mamá es burlesca y la de papá es algo indescifrable—.

—un gusto Rodri —Fran estira su mano y Rodri la toma—.

—lo mismo digo —se acercan y es Rodrigo el primero en palmearle la espalda a mi
hermano—.

Mariana se levanta y deja un beso en la mejilla del jugador como saludo.

—cada vez que te veo estas más guapo —lo elogia y Rodri le sonríe—.

—usted no se queda atrás —mamá sonríe golpeando el brazo del jugador—.

Finalmente papá se para y camina hasta nosotros, deja un beso en el cachete de mamá y clava la mirada en el futbolista.

—dejémonos de tantas formalidades, sos el novio de mi hija y por lo tanto uno más de la familia —Rodrigo estira la mano y papá la toma sonriendo,— lo único que te pido es que no la hagas sufrir, y que me traigas la del mundo —se ríen y veo como el jugador está más
tranquilo—.

—gracias ale, no sabes lo importante que es tener tu apoyo, tini te ama y sos muy
importante para ella —basta lo amo,— prometo que voy a tratar de hacerla feliz, y yo más que nadie quiero la del mundo —sonríe y lo abrazo por la cintura—.

—veni, sentate —caminamos hasta la mesa que se encuentra llena de comida—.

—te estábamos esperando para desayunar —dice francisco y mis papás asienten—.

—sí, tini me dijo —sonrío sirviendo agua—.
—ser vite lo que quieras —digo girando la cara para darle un beso—.

El desayuno pasó entre conversaciones de Rodrigo, con papá y francisco. El futbolista no dudó en contarles historias del festejo y los otros dos estaban encantados.

Ahora le estoy mostrando la casa, mientras conversamos de su cumpleaños.

—y este es mi cuarto —abro la puerta y dejo que pase antes que yo—.

Mira los diferentes cuadros que decoran mi pared, al igual que las fundas de mis guitarras apoyadas en un perfecto rectángulo de madera.

—¿asi que acá es donde te inspiras para nuevos temas? —interroga sacándome una risa por lo bajo—.