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Rodrigo me baja del cuatri y me pongo de puntitas para besarlo, porque de verdad que me hace bien verlo así.

Un grupo de chicas pasan por al lado nuestro y veo a una rubia que no para de mirarlo, por lo que vuelvo a estampar mi boca con la suya.

Rodri se va a fijar si ya está todo listo para que subamos, y yo me quedo viendo las fotos que me saco. Quiero subir alguna por lo que la edito para publicarla.

Sé que ya están especulando de que estamos juntos, pero no pueden afirmar nada porque no nos han podido sacar fotos.
Saben que estamos juntos pero no saben a dónde ni desde cuándo. la subo y ustedes no saben lo que yo amo leer las teorías del fandom, posta que son bastante ingeniosas y me cago de risa.

Rodri me hace señas para que me acerque y una vez que lo hago me pide que le tenga las cosas para firmar. tengo entendido que nos quedamos hasta mañana aca en el yate.

—vamo —me dice cruzando un brazo por mis hombros,— espera que me suba yo así te ayudo a subir.

Se sube y me estira las manos para que me agarre, una vez que ya estoy con él, me besa y me susurra.

—te quiero y no te imaginas cuanto, y gracias por hacerme feliz mi bonita.

¿alguna vez se sintieron tan en paz que les gustaría quedarse en ese lugar?.

Eso es lo que siento en este momento, con Rodrigo manejando el yate, el sol que se refleja en el agua y el aire puro que se respira.

—flaca, si queres anda a recorrer el barco yo cuando pueda te hago compañía —me dice conectando su celular para poner música—.

-Bueno dale, ¿para dónde tenes pensado ir? -Le digo dejando las mochilas acomodadas,— tenía pensado ir a un lugar donde nadie nos joda —agrega sonriendo y mirando la pantalla que indica la zona costera—.

—me parece bien —digo dejándole un beso y caminando para una escalera que me llamo la atención—.

Subo y tengo que parpadear varias veces para creer la tremenda vista que tengo al frente, es una especie de terraza, donde tiene unos sillones y una mesita para apoyar cosas.

Aunque aún estamos cerca de unos barcos, puedo ver cómo nos alejamos y me dejo caer en uno de los sillones, suspiro dejando salir toda la mala energía de estos días.

—volví —escucho que dice, y lo veo aparecer—.

—¡fiu fiu, pero que bombón! —le digo haciéndolo reír-.

-gracias gracias —me dice guiñándome un ojo, todo tuyo mi amor agrega sentándose a mi lado—.

—más te vale, porque vos no queres conocer a tini celosa —comento pasando mis brazos por su panza—.

—me das tanto miedo, mira como tiemblo —responde riendo y se acerca para dejar un beso en mi pelo—.

¿Por qué hace eso? No ve que me pone nerviosa. Que tonto que es.

—no te me rías —digo ofendida, lo que produce que se ría más—.

Lo odio, no puede ser que me vuelva tan blandita el muy puto.

—¿viste que linda la vista? —interroga mirando al frente—.

—sí, la verdad que es hermoso.

Estamos rodeados por montañas que se ven a lo lejos, y miremos para donde miremos, lo único que vemos es agua.

—voy a traer el mate —me dice y deja un beso en mis labios para levantarse—.

Beso en las rocas. Rodrigo De Paul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora