Si le dan mucho amor, se viene maraton.
Voten y comenten mucho, las estoy leyendo.
*********************
—bueno, jueguen con cuidado —pide con una media sonrisa—. Lo observo caminar hasta donde estoy y le sonrío. Se saca la remera de un solo movimiento, su cuerpo siempre se termina llevando mi entera atención, se mantiene tan en forma gracias al entrenamiento constante que hasta me felicito por lo bien que estoy comiendo. A de más tiene un bronceado natural que al sol se acentúa más aun, es algo que siempre le voy a envidiar, yo así pase muchas horas al sol no llego a ese color ni de onda. Deja la remera en el respaldar de la reposera, me sonríe dejando un beso en mis labios, luego se tira a la pileta salpicándome un poco de agua en el proceso. Enderezo la silla para verlo mejor y se apoya con sus brazos en el borde. —¿no tenés calor? Veni un rato —pide pasándose una mano por los ojos para sacarse las gotas que le caen desde el pelo—. —voy a ayudar a tu mamá —contesto mirando a la casa—. —están mis cuñadas, metete dale —insiste sonriendo—. —entro y salgo —doy por sentado,— ¿esta fría? —niega y es una total mentira, algo que confirmo cuando mis piernas entran en contacto con el agua—. —no seas llorona —se burla en mi cara al ver mis intenciones de salir—. Nada más cerca de mí terminando de mojarme por completo, arrancándome un grito de la garganta. Empezamos una mini guerra de agua intentando hundirnos entre los dos, aunque es Rodrigo quien me mueve de un lado a otro con total facilidad. —basta, estoy cansada —le digo con la respiración agitada por la risa y el cansancio—. —date vuelta que se te desataron las tiritas de la bikini. Me giro apoyándome en la pared asi puede atarlas más fácil. —tenés muy rojo ¿no te arde? —no me ardía, pero en cuanto sus manos me tocan siento un ardor—. —ahora me arde, hasta hace un ratito no —me acomodo bien los breteles y siento un beso en mi hombro—. —más tarde te pongo el gel refrescante ese —dice girándome para que quedemos cara a cara—. Asiento sonriendo y llevo mis labios a los suyos. Nos separamos y aprovecho su distracción para hundirlo automáticamente, me rio y cuando sale me acusa de que podía haberlo ahogado enserio. —¡que vivo! la hacés, pero no te gusta que te la hagan —no dice nada, pero me mira con esa mirada que pone cada vez que le hago alguna y piensa en devolvérmela en algún momento—. Si, somos dos chiquitos rencorosos en potencia. Rodrigo va y viene nadando de una punta a la otra, mientras que yo busco un rincón para tomar algo de sol. Casi que me preocupo cuando Rodrigo tarda más de lo normal en volver a salir, estoy por sumergirme para buscarlo al no poder ver mucho bajo el agua. Pero siento una de sus manos tocándome una de las piernas queriendo asustarme. —boludoo, casi hacés que me muera —le recrimino en cuanto sale como si nada—. Se ríe estirando una mano para acercarme más a él, la tomo alejándome del borde, siendo rodeada por sus brazos en mi cintura solamente. Mis dedos acarician la parte posterior de su cabeza, donde tiene rapado, es una sensación relajante. Ajusto mis brazos a su cuerpo y acomodo mi mentón en su hombro para ver lo que él tiene a su espalda. —gracias por venir conmigo —me alejo apenas para buscar en sus ojos la misma sinceridad que escuche en sus palabras—. Le sonrío apretándolo más fuerte y dejando un beso en su cuello. Una risa nerviosa me sale cuando me siento algo incomoda por la intensidad de su mirada, —¿Qué pasa? ¿Qué tengo?. Me mira únicamente manteniendo esa media sonrisa en su boca. Vuelvo a apoyar mi mentón entre su cara y hombro para volver a fijar mi mirada en la casa a su espalda. —te amo. las palabras salen sin más, seguras, sinceras y valientes, como hace tanto tiempo lo son. Dos palabras que me aterraba tanto confesar, pero no por Rodrigo, creo que los dos hemos dejado en claro con acciones y gestos lo que sentimos el uno por el otro en diferentes ocasiones. Un te amo no es algo que yo tome a la ligera. Me llegó con todo el peso de su significado. ¿es fácil? Si no se dice es porque no se siente, es lo que pienso ante el silencio de Rodrigo. Claro que si no lo siente no tiene por qué ser algo malo, yo lo siento y se lo hice saber. Cuando él lo sienta y me lo diga va a ser hermoso, porque me lo dijo cuando estuvo seguro de hacerlo. Una de sus manos corre el pelo de mi cara dejándolo atrás de la oreja, y me mira fijo, tan fijo que no sé cómo soy capaz de sostenerle la mirada. La mano con la que no sostiene mi cuerpo sube para sacar mis brazos de su cuello, me reusó poniendo algo de fuerza pero al final termino bajando mis brazos a mi costado. Cierro los ojos cuando siento su boca acercándose a la mía. Dejo que me bese y nuestras lenguas se encuentran en un baile armónico. Me alejo y el sol en su cara me termina de distraer, esos ojitos medios chinitos, la sonrisa que decora su boca, y la nariz con algunas pecas que se notan por el sol. no puedo estar mas enamorada de este hombre. —te amo, Martina, te amo, nunca dudes de eso. Lo beso con cada parte de mi ser, lo beso demostrándole que lo amo y que gracias a él yo volví a confiar en una relación. Rodrigo me devolvió esas ganas de tener una familia, Rodrigo me hizo sentir cosas que no puedo poner en palabras, porque ni yo sé como explicarlo. —Fran, veni que te voy a duchar —la llama desde la sala de estar—. Recién llegamos y tanto los niños como nosotros tenemos que ducharnos urgente, estamos pasados a humo y revolcados en tierra. Bauti camina y cuando llega hasta donde estoy, le sonrío y estiro una mano para acariciar su cabeza. —hola bonito, ¿Qué pasa?. Estira sus bracitos para que lo alce, lo levanto y se sienta en mi falda. —¿Qué hacés con tini enano?. —titii —me señala y sonríe—. —aawww, sos hermoso —lo lleno de besos y se ríe—. Desde ayer que no se despega de mi lado, y Fran le ha enseñado a decir mi nombre, estoy embobada con este bebito. —ese es shosa —me muestra la funda de mi celular, está aprendiendo los colores, y cada cosa que ve dice de qué color es—. —sii, es rosa, ¿y este? —le muestro el llavero de mi casa—. —ooomm, ee, vede —se tapa la carita con mi pelo y Rodri se ríe por lo bajo—. —noo, es blanco —digo mirándolo sonriendo—. —aaa, banco —me mira riendo y jugando con mi remera—. Fran baja corriendo y se tira a mi lado, me sonríe y apoya su cabeza en mi brazo. —¿Qué hacés princesa?. —nada, teno gana de juegar con vo. —bueno, ¿querés que juguemos con Bauti?. —siii, voy a taer la mochila —se levanta y vuelve con sus juguetes—. —ete me lo tajo papá Noel —me muestra un muñeco ruludo y con una jardinera—. —que lindoo, se parece a vos con esos rulos. —sii, y a vo tambie —nos sentamos en la alfombra y pongo unos almohadones para que no se golpeen. Asi que termino jugando a la doctora, Fran me operó de la panza porque comí mucho chocolate, y Rodrigo fue operado en la rodilla porque se cayó en la bici. —quedaron re duros —me cuenta entrando a nuestro cuarto—. —y si, han jugado todo el día. —mañana vamos a lo de tus viejos —me dice ordenando su ropa en la valija—. —no, vienen ellos para acá —me acerco por la espalda y lo abrazo escondiendo mi cara en sus omoplatos,— les dije que vengan ellos, vos no te podes mostrar mucho. —joya, mañana vemos que hacemos de comer —se gira y sus manos se asientan en mis caderas—. —¿te bañasté? —interrogo mirando su boca—. —no, estaba por hacer eso —contesta levantándome para sentarme en mi tocador—. Lo atraigo a mi boca y me corresponde con la misma intensidad. —¿y si nos duchamos juntos? —pregunto dejando besitos en su cuello—. —¿Qué pregunta es esa? —se ríe y sus manos suben hasta mis pechos,— pero vamos al yacusi. Asiento y me alejo para buscar la ropa, con todo listo salimos de la mano hasta el baño. Tengo baño en mi cuarto, pero como me conozco y sé que seguro terminemos cogiendo, no quiero traumar a los nenes. Mucho no me mido cuando se trata de Rodrigo, y es mejor prevenir. Rodri prepara las cosas y mientras esperamos a que todo esté listo, aprovecho para ponerme una mascarilla, y de paso le pongo a mi gordito. Lo amo, se deja hacer cualquier cosa por mí. ¿esta para qué es?. —esta es para sacar los puntos negros, y te tensa la piel. —veni, nos saquemos una foto —saca su celular y me pongo a su lado,— salimos re lindas amii. me tiento y Rodri se tienta como yo, somos dos boludos pero me encanta. —te amo, te ves re tierno. —te amo más, y yo siempre soy tierno. Vemos como se arman las burbujas y nos sacamos las mascarillas con agua fría, nos terminamos de desvestir y entro sentándome para que Rodri me rodee por detrás. [horas más tarde] —pobre tini, la van a volver loca —dice Rodri entrando con una bandeja con nuestros desayunos—. —callatee, a mí me encanta que sean así —respondo con Bauti acostado en mi falda y Fran jugando con mi pelo, quiere hacer una trenza—. —papi, no sea celoso —me aguanto la risa, y Rodri me mira escondiendo una sonrisa—. —eso, no seas celoso, si te amamos —se sienta a mi lado y nos tiramos arriba suyo—. —papá, ee agentinaa —Bauti levanta las manitos cuando ve la remera de argentina que tiene Rodrigo—. —si hijo, es argentina, ¿vos sos de argentina?. —noo, —la cara de Rodrigo es digna de un meme, Fran se ríe y me mira porque sabe que su papá tiene una cara rara—. —Bauu, vos tenes que ser de argentina —Bauti niega y se gira mirándome con una sonrisa,— ¿de qué equipo sos?. —ooomm, titii —me abraza y me rio llenándolo de besos—. —yoo tambieee, soy de titii —Rodrigo se ríe y pasa sus manos por su pelo— —los amo, son terribles —los acomoda en la cama y les pasa un repasador para que no se manchen—. Esta mañana nos despertamos con mucha fiaca y luego de jugar un rato, lo convencimos a Rodri para que nos haga el desayuno y que lo traiga a la cama. Nos dijo que nos aprovechamos de que somos muy tiernos y que no nos puede decir que no. Con Fran lo cargoseamos un rato y mientras su hija lo abrazaba por la panza, yo lo llenaba de besitos en su cara y Bau aplaudía. —yo le doy a Bauti, vos prepárate el mate —le digo agarrando la tasa con leche—. La soplo un poco y con cuidado le voy dando a Bauti, me pide que yo también tome, lo hago y Fran me convida de sus oreos. Asi que Bauti me convida leche y Fran me da de sus galletas, pero con Rodrigo tomamos mates con tostadas con miel y manteca. Pero el asqueroso con el mate come (BANANAA Y HUEVO REVUELTOO) esas cosas de futbolista promedio. Terminamos de comer y bajo a ordenar y lavar las cosas que hemos ocupado. Rodri cocina y yo lavo, así nos organizamos, acá tenemos que colaborar los dos,. Llega mi familia y decidimos hacer algo tranqui porque ayer hicimos una comida pesada. Fran y papá van a comprar las cosas y Rodri hace el fuego para poner el disco. Con mamá y los chicos nos encargamos de hacer las ensaladas y el postre , yo hubiese pedido helado, pero mariana me dice que hagamos flan de huevos. Termino aceptando porque a Rodrigo le encanta esa cosa y a mi papá también. ¿y cómo le puedo decir que no a dos de los tres hombres de mi vida?. Soy Tan polleruda que duele. Mi novio me hace señas para que me acerque y cuando lo hago me sonríe. —qué lindo que te queda ese delantal, parecés una cocinera. Nadie creería que se te queman los fideos —le pego en el brazo y sus manos me toman por la cintura—. —no seas malo, me olvidé que había puesto los fideos —hago puchero y Rodri toma mi labio entre los suyos—. Me besa y se aleja dejando un pequeño beso en mi nariz. —te amo flaca. —también te amo mi amor.

ESTÁS LEYENDO
Beso en las rocas. Rodrigo De Paul
Fanficella una artista internacional, y el un futbolista profesional. te amo y te quiero conmigo Tini, vos solo decime que sí y que los envidiosos se vayan Pal carajo!.