ALONNE 2: 𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝑽𝒊𝒗𝒊𝒂𝒏 𝑪𝒐𝒍𝒆𝒎𝒂𝒏

~𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒐𝒏𝒆 𝒉𝒖𝒏𝒅𝒓𝒆𝒅~

𝑼𝒏𝒂 𝒂𝒖𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒎𝒆 𝒆𝒏𝒔𝒆~𝒐 𝒂 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒓 𝒂𝒅𝒊𝒐𝒔𝒆𝒔 𝒂𝒖𝒏 𝒔𝒊𝒏 𝒔𝒆𝒓 𝒑𝒓𝒐𝒏𝒖𝒏𝒄𝒊𝒂𝒅𝒐𝒔

Vivian Coleman Ford

Salí de Alexandria con un terrible nudo en mi garganta y un dolor increíble en mi corazón.

¿Estaba siendo egoísta al hacer esto?...

La fría brisa golpeaba contra mi rostro, alborotando mi cabello rojo, agradecia que tenía un suéter puesto, o estaría congelada.

Camine por el denso bosque, estaba anochesiendo, camine en silencio, pensando en lo que acababa de hacer y en que ya no había vuelta atrás.

Camine un poco más, hasta que finalmente llegue a la carretera, me detuve en medio de esta, esperando que Jesús llegara, o que me atropellara, pue estaba en medio de la maldita carretera.

Mire mis manos, las cuales tenían vendas, seguí el rastro de sangre que traspasaba levemente la tela, llegando así a unas cuantas cortadas que no logré tapar con las vendas.

Un ruido ensordecedor que provenía detrás mío hizo que me girara como flash, pero una luz de un camión me dejó ciega por unos segundos, una vez que pude volver a ver normal, pude ver un coche enfrente mío, de este se bajó Jesús maldiciendo a todos y todas.

-Pequeña mugrosa pelirroja del demonio- maldijo mientras se acercaba a mi y me tomaba de los hombros- ¡Casi te atropelló!- exclamo mientras me sacudía histericamente.

-Calmate, no lo hiciste, eso es lo importante- respondí con la voz apagada, Jesús pareció notarlo, pero no dijo nada, así que nos dirigimos a el carro en silencio, me subí a la parte de atrás en completo silencio, Jesús encendió de nuevo el auto.

-¿Estas segura de querer hacer esto?- pregunto Jesús mirándome, pues aún no había comenzado a manejar- Te estoy ayudando porque se lo que te a hecho y dicho Rick, no le vendría mal un susto, pero esto es algo serio....- dijo.

-Lo sé, Jesús, pero ya no puedo estar en un lugar donde me odian y me harán la vida un horror cada vez que algo malo pase- respondí mientras dejaba mi mochila a ún lado.