~𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒘𝒐~

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𝑵𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒐𝒓 𝒗𝒆𝒓 𝒍𝒂 𝒕𝒖𝒎𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒚 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒅𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒉𝒂𝒃𝒆𝒓𝒍𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒊𝒅𝒐 𝒕𝒐𝒅𝒐

Vivian Coleman Ford

Dormia plácidamente en la cama de aquella casa, hasta que un ruido me despertó.

-¿Que acaso ni cuando me creen muerta puedo dormir a gusto?- cuestione de mala gana mientras me levantaba de la cama que estaba llena de mis cosas.

Mire por la ventana y casi me atragantó cuando vi el rostro de Enid frente a este, golpee la ventana mientras la miraba mal, abri la ventana y ella entro por esta, llevaba su pijama al igual que yo, solo que la de ella era un pantalón y una blusa de manga larga, y la mía era un short azul y una camisa a tiras.

-¿Que haces aquí Enid?- dije y mire la hora en el pequeño reloj que habia- ¡son las una de la mañana!-

-Exactamente, ya van a ser las dos, vamos, quiero ver como asustas a los habitantes- dijo Enid emocionada, casi daba saltitos.

-¿Me despertaste solo para eso?- le regañe mientras me sobaba los ojos.

-Si, vamos- dijo y me jalo de la mano.

-Espera, nesesito mis cosas- dije mientras me ponía unas zapatillas y un saco, agarre mis dagas y unas cosas más.

-¿Siempre llevas todo eso?- pregunto Enid impresionada.

-La mayoría de cosas son sólo para distraerlos por si me encuentran, ya ni cuando eres un fantasma te dejan en paz- dije rodando los ojos.

-¿Porque no fuiste con nosotros cuando despertaste? Muchos de nosotros la pasamos mal pensando que no estabas....- dijo la castaña.

-¿Si a ti te hubieran deseado la muerte y te hubieran tratado mal....Les hubieras dicho que seguías viva?- cuestione mirndola a sus lindos ojos.

Ella me dio la razón y comenzamos a caminar hacia los muros de Alexandria.

-¿Podemos ir a asustar a los demás a sus casas?- dijo Enid mientras pateaba una piedra.

-Claro- dije sonriendo.

Llegamos a los muros y saque la daga de mi bota, para luego empezar a arrastrarla por el metal de los muro, el sonido era irritante y fastidioso.

-¡Oigan!- gritaron detrás de nosotras.

-¡Corre es Rick!- dijo Enid para empezar a correr, corri detrás de ella, los pasos de Rick se escuchaban demasiado cerca de nosotros, rápidamente me pude la capucha de mi saco, ya que me había dado cuenta de que en Alexandria siempre me iban a reconocer por mi cabello.

ALONNE 2: 𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝑽𝒊𝒗𝒊𝒂𝒏 𝑪𝒐𝒍𝒆𝒎𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora