~𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙤𝙣𝙚 𝙝𝙪𝙣𝙙𝙧𝙚𝙙 𝙨𝙚𝙫𝙚𝙣𝙩𝙮 𝙛𝙤𝙪𝙧~

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𝘔𝘪 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘻𝘢 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘫𝘶𝘯𝘨𝘭𝘢..

Carl Grimes


Después de llorar amargamente por un rato en el mismo lugar donde tuve el particular y amigable encuentro con la pelirroja, decidí irme a casa.

En cuanto entre a esta, me encontre a Lucas sobre el sofá con...¿¡Esas eran mis camisas!?

-¿Que diablos haces, niño?- pregunte incrédulo, viendo como las camisetas le quedaban gigantescas a su pequeño cuerpecito...

Una ola de ternura me envolvió, y no pude evitar pensar que eso era jodidamente tierno, ver su cuerpecito diminuto y delgaducho cubierto por mi camiseta que le quedaba grande, sus ojos azules, idénticos a los de Leo...

"Asesino" susurro aquella voz en mi cabeza.

-Mira, me parezco a ti- dijo con una sonrisa inocente, me sentí extraño, el no debía de parecerse a mi, debía de ser un niño sano, fuerte y bueno, no un monstruo como yo...Que le quite a su hermano....

-En primer lugar no soy rubio- dije mientras me acercaba a él y me sentaba en el sofá que estaba frente a el.

Coloque uno de mis brazos detrás de mi cabeza mientras lo miraba, con mi sombrero sobre mi cabello despeinado.

En ese momento unos pasos bajar las escaleras.

-Lucas, ven aquí mocoso- escuche su voz...La chica frente en seco al verme, ambos compartimos miradas, luego ella la apartó rápidamente, y pude ver el evidente rubor en sus mejillas- ¿Que se supone que haces con sus camisas?- pregunto mirándo al niño.

Aparte mi mirada de su rostro y ahora la fije en el de pequeño rubio que no paraba de brinconear de aquí para allá, tiene una hiperactividad que me estresa pero a la vez me da ternura.

-Miren, me parezco a ti- apuntó a mi, era claro que no se parecía a mi- Solo tengo que tapar aquí...- puso un papel en su ojo.

Listo, un niño de seis años me humillo, perfecto, ¿desde cuando los niños saben humillar?

Fulmine con la mirada al niño mientras mis mejillas se coloreaban del mismo color del cabello de Vivian.

Mi expresión seria debió de asustarlo ya que borro su sonrisa lentamente, una risa ahogada, dirigí mi mirada hacia la pelirroja que luchaba por ko reírse, apretó sus labios, tratando de borrar la evidente sonrisa en sus labios, peri mi mirada no era de diversión, le di una mirada asesina.

ALONNE 2: 𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝑽𝒊𝒗𝒊𝒂𝒏 𝑪𝒐𝒍𝒆𝒎𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora