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—Desearía que no me miraras de esa forma.

No podía encender el cigarrillo en sus manos debido al temblor que éstas efectuaban, cada vez que hacía presión para prender el encendedor el cigarro se resbalaba de sus dedos una y otra vez.

—¿Necesitas ayuda con eso?

— Está bien, lo tengo — murmuró, esta vez casi lo lograba, pero sus dedos no consiguieron mantener la presión suficiente tiempo para quemar el extremo inferior del bastón de tabaco.

Eunwoo llevó su mano a sus ojos, no quería seguir viendo.

—¿Por qué hiciste eso?

— ¿Hacer qué?  — preguntó con su cigarro aún apagado entre los dientes.

—No seas idiota Heeseung, sabes a lo que me refiero —murmuró cansado, harto del comportamiento del que alguna vez fue su angelito.

— Siempre piensas lo peor de mí, cualquier imbécil puede decirte que causé la tercera guerra mundial y tú le vas a creer.

Ya casi se hacían 4 días desde aquel fatídico suceso y la verdad era que Heeseung no había podido descansar una noche completa, dormía una hora, tenía pesadillas, se despertaba por tres horas, volvía a dormir media hora, volvía a tener pesadillas.

Ese ciclo se había repetido por las últimas tres noches.

Eso sin contar a su lobo reprendiéndolo y maldiciéndolo cada que podía, su lobo creía que lo había hecho estando consciente y su parte humana culpaba a su lobo, algo normal para Heeseung, algo perturbador para cualquiera que lo escuchara decir eso.

—Deberías ser más gentil con tu hijo que vino a visitarte — Heeseung continuó, ya había logrado prender el cigarro, pero como lo había prendido con tan poca precisión a los segundos se apagó de nuevo.

El alfa mayor lo miro incrédulo — Siempre arruinas todo lo que hago, todos estábamos  muy bien antes de que llegarás. Si no venías le habría dejado todo a tu hermano. Me arrepiento tanto de haberte llamado la última vez. Me arrepiento de no haber llamado a tu hermano, tu hermano al menos no habría violado y casi asesinado a un omega  — habló mirando hacia la nada con voz monótona.

Heeseung fingió que no le dolió lo que acababa de escuchar y se concentró en seguir intentando su objetivo de ese momento, ahora parecía que el butano se había agotado en el pobre encendedor pues ya ni siquiera desprendía la flama.

Estaba muy ocupado agitando el encendedor para ver si aún podía encender, aunque sea una vez más, sólo una última oportunidad.

— Todo es tu culpa Dongmin , si no fuera por ti y tu genética de mierda nada de esto habría pasado.

—No fue mi culpa — su corazón latía al mil, si no fuera porque estaba tan enfermo ya habría matado a golpes a su hijo — todos los doctores dijeron que no presentarías problemas— su tono se empezó a tornar nervioso, dudando de sus palabras — porque eres un alfa mestizo.

Heeseung era muy pequeño para entender porque sus padres estaban tan preocupados en el hospital mientras le hacían pruebas,  lo único que logró entender es que su papá era un alfa dominante, la categoría más alta de los alfas, pero también la más problemática pues eran susceptibles a padecer trastornos de celos patológicos agresivos.

Él por lo tanto no tenía de que preocuparse pues era un alfa mestizo, un alfa "normal" de perfecta salud. No existía posibilidad alguna de que heredara los trastornos de su padre, o al menos no en su fenotipo, en cambio en su genotipo ahí estaban los genes portadores. Si Heeseung tenía un hijo alfa dominante definitivamente expresaría la enfermedad.

Después descubrió que también existían alfas recesivos que era los alfas "defectuosos" pues casi no presentaban celos, eran infértiles y sus comportamientos podía parecer el de un beta, eran rechazados atrozmente por la sociedad al igual que los omegas recesivos que rara vez llevaban un embarazo a término por lo débiles que eran.

Heeseung pensó que no quería toparse con un omega así nunca en su vida.

Desafortunadamente la vida había puesto en su camino a un omega de estos.

— No creo que tengas una idea de la responsabilidad que lleva un omega marcado.

—No tengo 15 años.

—Me temo que parece que sí.

—Ni siquiera le hice tanto daño, sólo se rompió unas costillas y tiene moretones y marcas, sanará pronto — suspiró estresado, dudando lo que acababa de decir.

—Y su mente ¿cuánto tardará en sanar?

Heeseung se relamió los labios irritado.

—Todo esto es tu culpa — siseó quebrando el cigarrillo desprendiendo todo el tabaco en su mano.

—¿Cuándo será que dejes de culpar a los demás por tus errores? Tú lo hiciste y punto. — Eunwoo se levantó de la sala con dificultad. — Te lo advierto, lo quiero igual a como lo traje aquí Heeseung, ¿un omega traumatizado para qué me serviría?

—¿Para qué carajo se supone que lo trajiste a vivir aquí? ¿Acaso estabas esperando el momento exacto para follartelo, era eso?

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que no quería nada de eso con él? — Se sobó las sientes frustrado — No sé si recuerdes pero me quitaron mi glándula alfa, no tengo lívido, no tengo celos, no tengo nada de ese tipo de pensamientos que tú crees. La única razón  por la que estaba aquí era porque necesitaba a un omega, mi lobo está atenuado pero vivo, su aroma me calmaba, me ayudaba pero ahora tú haz arruinado todo— dijo dispuesto a irse.

—Vas a arreglar esto Heeseung, vas a hacerte cargo de todas tus responsabilidades, vas a pagar todo lo que hiciste— le dio una última mirada antes de perderse por el pasillo, dejando al menor sin nada que reclamar en ese momento, el encendedor estaba hecho pedazos en el piso y en su diestra el cigarro en el mismo estado.





































—¿Puedo pasar?

—Adelante —una enfermera le dió el paso amablemente, todos en el hospital creían que era un buen alfa que había ayudado a ese pobre omega abusado.

Heeseung entró al cuarto donde estaba Sunghoon, aún inconsciente, le habían dicho que estaba mejorando, al parecer no estaba necesitando de su alfa para sanar.

O al menos eso era lo que creían.

Pues Heeseung iba todos los días a visitarlo, le hablaba suavemente pidiéndole perdón una y otra vez, le decía que por favor no se alterara demasiado si es que despertaba y lo veía, que nunca me volvería a hacer daño, que...

Que lo quería.

Que no podía esperar a que despertara y que por favor sanará rápido.

Aunque Heeseung en el fondo tenía miedo de sus propias palabras, él estaba seguro de que si Sunghoon lo veía ahí se moriría de miedo.

Y eso lastimaría tanto a su lobo.

Y a él también.

No había nada que hiriera más a un alfa que su omega le tuviera miedo.

Sunghoon estaba inconsciente pero su omega reconocía al alfa de Heeseung y éste podía sentirlo.

Podía sentir los sutiles latidos de su corazón incluso.

Y Heeseung nunca había experimentado tan hermosa sensación.

Dejó una última caricia en el suave cabello negro del omega y suspiro agobiado.

Se venían tiempos oscuros.
































crucifícame [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora