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Sunghoon intentó hacer un poco de memoria,  logró recolectar una muy escasa información de su sistema límbico, sin embargo era información de suma relevancia.

Sunoo es un omega recesivo.

Hace casi un año Sunoo y Jake estaban esperando un hijo.

Eran tan felices en ese entonces.

Sunghoon realmente se negaba a aceptar el hecho de que Sunoo haya abortado de tanto tiempo, pensó que apenas y eran unos tres meses, es omega es un omega recesivo así que es normal.

Su cachorrito no había nacido y aún así lo amaban con tanto fervor.

Se podía apreciar en la mirada del alfa lo mucho que adoraba a su omega y a su gestante hijo.

Él sabía que a pesar de todo ambos querían un cachorro, aunque sea uno, por eso Sunoo había estado en tratamiento de fertilidad últimamente.

Y ahora había abierto la puerta de la habitación que estaba destinada a su cachorrito, donde estaban todos esos recuerdos dolorosos que Sunoo había dejado atrás hace mucho.

Maldito idiota, se autoregañó.

— Lo siento mucho Sunoo, no tenía idea, y-yo-

— Creí que jake y yo te lo habíamos comentado; hace un año, no entramos a este cuarto desde entonces— decía con su voz quebrada conteniendo sus lágrimas.

— Lo olvidé, lo siento — se sinceró, realmente se sentía mal aunque no pudiera expresarlo.

—¿Cómo puedes olvidar eso? — alzó el tono de voz y sus lágrimas comenzaron a resbalar por su lindo rostro.

— Sunoo lo siento mucho, he estado muy estresado, enserio, he pasado por mucho últimamente. No sé que hacer. Hago las cosas sin pensar, por favor perdóname, cuando me sienta mejor te diré todo, de verdad no sabes lo mal que me siento por haberlo olvidado — se pasó la mano por la cabeza intentando regular la ansiedad que empezaba a atormentarlo una vez más.

— E-está bien, tranquilo— sorbió la nariz — No, yo lamento haber reaccionado así. Creí que ya lo había superado  — soltó una risa entre su llanto intentando modular su tono— Puedes dormir en la habitación mía y de Jake o en el sofá, como gustes.

Sunghoon inmediatamente eligió el sofá, las feromonas de Jake que en algún momento le parecieron agradables ahora sólo le provocaban repulsión.

Necesitaba a su alfa.

Y se golpeó mentalmente una vez más así golpeando a su estúpido lobo también por tener ese pensamiento tan borde.





















Pensó que una vez se recostara quedaría dormido, ¡qué mentira! Lejos de eso se quedó apreciando el techo de la sala, analizando su dura realidad que iba más allá de haber entrado al cuarto prohibido de la casa de Jake, el cuál se basaba en: una cuna, muebles y cajones llenos de ropa de bebé.

Él no tenía porque sentirse mal, nada de lo que había pasado había sido su culpa, los sabía perfectamente, pero entonces ¿por qué se sentía tan avergonzado de sí mismo?

Tan estúpido.

Tan idiota.

Y si consideraba contarle a alguien más todo lo que le había sucedido junto con su situación actual sólo se sentiría más imbécil aún.

Ya no sabía que era verdad y que era mentira.

Tenía su percepción de la realidad tan alterada, tantos fármacos lo habían vuelto tan inconsciente de lo que sucedía a su alrededor.

crucifícame [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora