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Sunghoon con mucho trabajo logró darse una ducha sin lastimarse.

Todo estaba saliendo bien hasta que llegó la parte de cambiarse el vendaje...

Se contrajó de dolor al intentar retirar las vendas de su adolorido cuello.

Intentaba ser delicado pero ya estaba harto, de todas las vendas que había tenido que cambiar ese día, quería sacarlas todas ya para cambiarlas de una vez.

Desesperado de la última tira de venda que parecía haberse adherido a su sensible piel, tiro de ésta con rudeza haciendo que la gasa que protegía su profunda herida fuera arrancada de la misma forma.

Sin poder evitarlo soltó un grito de dolor y la sangre empezó a salir de montones llegando hasta el suelo tiñéndolo de rojo al igual que su bata de baño.

Tomó otra gasa y empezó a hacer presión para detener el sangrado con los ojos soltando lágrimas y los labios apretados reteniendo las ganas de gritar de dolor.

Cuando finalmente se detuvo miró su cuello en el espejo frente a él.

Estaba pudriéndose.

Toda la zona que rodeaban su marca estaba morada, mientras que la marca no parecía querer sanar en absoluto manteniéndose abierta y roja, comenzando a infectarse.

Maldijo en voz baja, buscó entre sus medicinas sus antisépticos y lavó la herida con delicadeza, no se veía mucho mejor pero al menos ya no estaba rodeada de pus y sangre.

Se supone que debía cerrarse con ayuda de su alfa.

Se animó a dejar de pensar en su situación y con dificultad volvió a colocar una gasa y vendaje nuevos, cuando se vistió colocó una bufanda encima para que no se notara en absoluto, realmente se consideraba muy afortunado de que el clima fuera gélido.















Estaba en la cocina ansioso, no quería que Heeseung se apareciera y mucho menos con su novia, lo único que harían sería hacerlo sentir humillado y estúpido como la última vez.

Tenía que cocinar, tenía que hacer sus deberes de la casa. No iba a permitir que nadie lo viera débil y mucho menos que le tuvieran lástima.

—El desayuno está listo señor— habló suavemente, llamando la atención del señor Lee que leía un libro.

—Gracias cariño— le sonrió cuando se acercó a dejarle el plato con el desayuno pero la sonrisa se borró al notar algo diferente en el omega.

—Sunghoon.

—¿Sí?— respondió mientras limpiaba la repisa.

—¿No vas a desayunar?

—Por ahora no tengo hambre.

—No has comido nada desde que llegaste Sunghoon— regañó.

—Es que no tengo apetito, lo he intentado pero-

—¿Te da asco?

El menor detuvó sus movimientos sobre la repisa para pensar las palabras sin mirar al
alfa.—Supongo— no tenía ganas de seguir hablando de sus malestares, estaba a punto de cambiar el tema pero el mayor se adelantó.

Sunghoon dejó la superficie que limpiaba  en paz para comenzar a colocar los platos sucios dentro del lavavajillas.

—¿No has pensado que podrías estar en cinta?

El plato que sostenía cayó al suelo, rompiéndose en pedazos estrepitosamente.

—N-no no estoy yo no no ¿Por por qué piensa eso?— se arrodilló para empezar a recoger los pedazos de lo que antes fue un plato con las manos temblando y una risa nerviosa.

crucifícame [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora