La Marca.

Quiero Conocerte.

¡Feliz año nuevo! Mis mejores deseos para ustedes y sus familias ♥️ mil gracias por acompañarme este año, los amo mil.

Entraron a la casa, Taylor seguía tomada de su mano y la hizo entrar a la sala, prontamente le soltó y la rubia corrió a ver el lugar, era tan estúpidamente adorable, como si de una película se tratase, una pequeña sala equipada con una fantástica pantalla, un pequeño armario que guardaba botas de invierno y lluvia, más abrigos, sombrillas y frazadas, había una pequeña puerta que daba seguro a la cocina y una escalera hermosa que seguro daba a las habitaciones, la madera brillaba hermosamente, estaba maravillada y quería recorrerla, mordió su labio y se topó con los orbes verdes de Karlie que la veían atenta.

— Eres libre de recorrerla cuanto te plazca – Expresó divertida.
— ¿En serio?
— Adelante – Se sentó en el sofá.

Taylor la observó unos segundos y lo primero que hizo fue a ver la cocina, el espacio era pequeño, pero sin duda era hermoso el techo era un poco inclinado y tenía un tipo ventanal en el techo, así la luz entraba increíblemente, había un mueble con dos tarjas, y espacio para poner algún trasto o algo, un frigorífico, una barra donde podían preparar más cosas y una estufa de buena calidad, se podía notar que había hecho pequeños cambios para mejorarla y dejarla mejor pero con el diseño anterior,  también había un estante lleno de pequeñas plantas, sonrió para acariciar la barra, observó el pequeño comedor que era conectado por una puerta de cristal realmente no era muy grande estaba en la parte trasera de la casa tenía una chimenea para proteger del frío, sonrió encantada, realmente parecía como de un cuento de hadas, regresó a la sala donde pudo observar a la castaña que seguía sentada, se veía condenadamente hermosa, y ese olor, ese maldito olor que tanto le gustaba y no podía sacar de su mente, caminó de nuevo a la escalera y comenzó a subirla.

Realmente era hermosa esa pequeña casa, cuando era niña había querido irse a vivir en medio del bosque en una casa más o menos así con tres gatos y sus libros favoritos para leer, pero era obvio que tenía que trabajar porque no podría costearse una casa así y menos sobrevivir sin dinero, poco a poco se le fue olvidando hasta ese día que vio el pequeño tesoro de Karlie, solo tenía dos habitaciones, una era de tamaño medio y la otra más grande, las camas tenían una pequeña base y el colchón ya que prácticamente estaban pegadas al piso, la habitación supuso de invitados tenía una pequeña ventana y un baño completo, armario pequeño y un sofá para sentarse, caminó a la otra y la cama era más grande, el armario aún más grande y el baño tenía una tina, eso la hizo sonreír y soltar un suspiró.

— Podemos usarlo, si deseas – Le susurraron al oído.
— ¡Karlie! – Saltó.
— Lo siento, no quería asustarte – Recargó su barbilla en su hombro.
— No traigo ropa, si no, si aceptaría – Rio.
— Aquí no necesitas usarla – Le acaricio la mejilla con la nariz.
— E-espera – Se alejó – Vinimos a charlar ¿no?
— ¿Eso quieres? – Se irguió.
— Dije que quería conocerte – La observó.
— Mi nombre es Karlie Elizabeth Kloss – Soltó como obvio – Nací en agosto tres, soy hija única, de un matrimonio único, no tengo familia, mis padres murieron cuando tenía dos años – Suspiró – Me crío mi abuelo hasta los diez, luego él murió y me heredó este paraíso – Sonrió.
— Lo lamento tanto Karlie – Se encogió de hombros.
— Mi vida se volvió un tanto complicada, pero a los dieciséis me independice – Sonrió – Herede lo que mis padres dejaron y con eso pude ir a la Universidad – Suspiró – De ahí, entre a trabajar en la empresa y ya, no he hecho mucho a partir de ahí.
— ¿Eso es todo? – Se extrañó.
— ¿Quieres más? – Alzó una ceja.
— Bueno es que... Suena tan casi perfecto.
— No fue para nada perfecto, directora, solo me dedique a estudiar y a trabajar y ahora solo a trabajar.
— ¿No has salido con nadie? ¿Has tenido pareja?
— ¿Tienes hambre?
— ¿Cómo? – La observó.
— Si ¿quieres cenar?
— Sí – Asintió emocionada.