Novia De Él.

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Karlie observó los ojos azules de Taylor, podía ver el brillo profundo que tenía, le daban a entender que estaba cayendo en el placer, su lengua la movió un poco más rápido arrancando gemidos fuertes que hizo un efecto aún más grande en cierta zona suya, Taylor levanto sus caderas buscando más, ganando solo que su cuerpo se llenara de temblores, junto a unos espasmos que le avisaban que estaba cerca del orgasmo, se dio cuenta de que estaba soltando palabras y peticiones demasiado descaradas que por un momento pensó que alguien más había poseído su cuerpo, pero se había dado cuenta que el deseo y pasión que le ocasionaba esa mujer la podían convertir el la mujer más lasciva que hubiera conocido.

Sintió como enormes olas de éxtasis azotaron su cuerpo dejando salir un gemido enorme tras el nombre de Karlie en un grito, dejando su cuerpo tembloroso, cerró los ojos y no se movió, esperó unos minutos tratando de recobrar la respiración, la calma y la cordura, sintió como Karlie regresaba sus piernas al sofá y la dejaba lo más cómoda posible, sus piernas dolían, estaban entumidas pero el placer que había recibido era inmenso, la mirada verde de Karlie estaba llena de satisfacción y poder.

— ¿Todo bien? – Sonrió Karlie.
— S-sí – Jadeaba.
— Te ves tan linda ¿Sabes?
— ¿Ah sí? – Sonrió.
— Así es, me encanta verte.
— Pero tú tienes un problema – Le sonrió.
— ¿Problema? – Rio – Por supuesto que no.
— ¿Necesitas ayuda?

Trató de ponerse de pie, pero sus piernas aun temblaban y dolían, hizo amago de la poca fuerza que tenía, y logró ponerse de pie para abrir el pantalón del traje, abrió el botón y bajo el cierre para luego subirse ahorcajadas sobre ella, su pubis estaba sensible, había tenido dos orgasmos y ese último vaya que había sido intenso, gimió cuando sintió su intimidad rozar con la de Karlie.

— Ngh – Gimió.
— ¿Qué pasa? – Le sonrió Karlie.
— Es... Es... aaahh – Volvió a gemir.
— ¿Y si hago esto? – Movió su cadera.
— Oh diablos, mmm, ngh es-es-espera – Gimió.
— ¿Esperar que? – Lamió su cuello.
— Es... es que... Hah.
— Vamos cariño, déjame tenerte una vez más – Sonrió.
— Sí, sabes que puedes tenerme siempre que quieras, ngh.

Sentía como la castaña se frotaba contra ella, y su zona ya bastante sensible la estaba haciendo humedecerse de nuevo, esta vez no necesitaba mucho preámbulo, ni Karlie tampoco, la detuvo un poco para sacar su miembro la ropa hacía demasiada presión y ya no aguantaba, le dolía bastante, sintió como le rozo también y soltó otro gemido estaban demasiado excitadas.

— Voy a... Voy a meterlo – Jadeó Karlie.
— S-sí, por favor – Gimió.

Karlie la ayudó a levantar su cadera una vez más, para luego dirigir su miembro a la entrada de la castaña, resbaló de inmediato que de una sola estocada entró en ella, Taylor arqueó su espalda y echó su cabeza hacía atrás, que bien se sentía, definitivamente ser tomada por ella era algo que le estaba gustando mucho.

— Vamos nena, vamos.
— Kar-Karlie, ngh.

Estaba a punto de llegar, podía sentirlo y no quería torturar más a Taylor, besó y lamió sus pechos mientras entraba y salía de ella rápidamente estaba llegando al límite, ambas y podía sentir las paredes de la rubia palpitando y apretando tan deliciosamente, se levantó con la rubia entre sus manos y sin salir de ella volvió a acomodarla en el sofá colocándose sobre ella, así podría moverse más rápido, la sala estaba inundada de gemidos de ambas, se movió más rápido penetrando más fuerte.

— Karlie, Karlie – Gemía.
— Vamos nena, vamos – Se movía.
— Hng... Voy... Mmm.

En unas cuantas estocadas más la rubia volvió a explotar en un gemido más, para finalmente la castaña explotar dentro de ella, ambas sentían como el miembro se sacudía dentro de Taylor, seguía expulsando semen, se dejó caer sobre la rubia, sus cuerpos estaban sudorosos, cansados, y sus respiraciones intentaban normalizarse.

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