Hablando De Los Planes.

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Hola, gracias por sus comentarios, en verdad me hacen muy felices, agradezco mucho su apoyo a mí y obvio a mis historias ♥️

Tras unos veinte minutos que le parecieron eternos a Taylor, escuchó el timbre apenas llegó a la puerta sus síntomas casi desaparecieron, aun sentía su estómago revuelto, pero ya no las incontrolables ganas de vomitar, abrió rápidamente la puerta.

— ¡Karlie! – Se lanzó a sus brazos.
— ¿Estás bien? – Preguntó preocupada y abrazándola.
— S-sí, es solo tu hijo que parece que no puede estar lejos de ti – Apretó su saco y escondió su rostro en su pecho.
— Aun ni si quiera nace – Rio.
— ¡Lo sé! Pero lo vómitos empeoraron y me siento extremadamente cansada, he vomitado toda la tarde y... Y...
— Shhh – La abrazó – Estoy aquí y te ayudaré ¿Qué necesitas?
— Tengo tanta hambre y...
— Ven – La alzó.

La tomó en brazos para depositarla en el sofá, le quitó los zapatos y la acomodó, se quitó el saco que llevaba y se dirigió a la cocina, comenzó a prepararle algo para que cenara, cuando terminó regreso hasta la rubia que estaba dormida, sonrió para acariciarle el rostro y moverla suavemente.

— Está listo, Taylor – Le llamó al oído.
— ¿Mmm? – Abrió los ojos.
— Cena – Le sonrió.

Taylor se sentó para sonreír ante la cena y comenzó a comer tranquilamente disfrutando de la comida que le había preparado la chica, ceno en silencio mientras tarareaba y veía de vez en vez a Karlie, hasta que la comida se acabó, la castaña tomó las cosas para llevarlas al fregador lavar todo y volvió para sentarse al frente de la rubia.

— Si o si, llevará mi apellido – Gruñó Karlie.
— Nunca he negado tus derechos – Suspiró.
— Ni si quiera sé si tú lo quieres – Preguntó nerviosa.
— Da igual, no vas a dejar que lo pierda ¿no? – La observó.
— ¡Jamás! – Gruñó.
— Entonces da igual que lo desee o no.
— Taylor...
— Al inicio me sorprendió, estaba nerviosa y me asuste aún más – Confesó – Después cuando supe que todos estos síntomas son por el embarazo me sentí un poco menos angustiada, después no sabía cómo decírtelo, pero aun así llame para contarte – Se encogió de hombros – Poco después me ilusioné – Sonrió – Jamás pensé en tener un hijo, pero poco a poco si quitas los horribles síntomas de la ecuación, estoy feliz por nuestro bebé.
— Nuestro – Repitió.
— Karlie...
— Regresaré a Londres.
— Oh – Contestó un poco decepcionada.
— Iré a arreglar unas cosas allá, tardaré tal vez una semana y volveré, me quedaré cerca de ustedes, donde pueda cuidarlos y protegerlos.
— Gracias – Le sonrió — ¿En verdad estás con ella?
— ¿Quién ella?
— Sophie Harris.
— Ah, lo hablaremos luego.
— ¿Luego? ¿Cuándo? – La observó.
— ¿Por qué te interesa tanto eso?
— Quiero saber – Se encogió de hombros – Si mi bebé tendrá que convivir con la gente que te ha hecho tanto daño.
— Eso no es...
— ¿Eso no es verdad? ¿En verdad vas a mentirme? – Sus ojos azules brillaron.
— ¿Qué sabes?
— ¡Todo! Harry me lo contó todo – Suspiró – Creyó que si sabía toda tu historia te recordaría.
— Es tan tonto – Suspiró.
— Él te ama, te ama muchísimo.
— Y yo lo amo a él, sin él estoy más que segura que no tendría esta vida – Se sonrojó – Él salvó mi trasero, y en verdad estaré eternamente agradecida por ello, pero cuando intenta arreglar mi vida me molesta, en serio ya crecí y puedo resolver mis problemas.
— Creo que aun te ve como esa pequeña de trece años que está asustada y triste.
— Pero no lo soy más, ahora tengo veinticinco y voy a tener un hijo – Se sentó a su lado y posó su mano en su vientre.
— No vas a decirme ¿cierto?
— Taylor...
— Quiero ayudarte – Le tomó la mano.
— ¿Ayudarme? ¿Cómo?
— Creo que más bien, soy yo la que quiere que me ayudes – Suspiró.
— ¿Cómo? – Se inclinó un poco a ella.
— Tengo miedo Karlie – Reconoció – Tengo mucho miedo de lo que nuestro bebé pueda provocar, es decir, fui marcada contra mi voluntad, es más nunca me planee tener una relación con un Omega o Alfa, menos con una chica – Le sonrió dulce – Descubrí que la pequeña marca que me hiciste quitó los síntomas completamente, temo pedirte que me marques hasta que nazca – Acarició sobre la mano de Karlie – Pero ¿y después qué? – La observó.
— ¿Cómo que, qué?
— ¡Sí! ¿Qué me garantiza que los síntomas no volverán? ¿Qué si solo terminamos en una relación amistosa por nuestro hijo, no tendrás que estarme marcando para no seguir con estos horribles síntomas?
— Bueno... Tal vez debamos esperar a descubrir si sigues con esos síntomas o no.
— ¡Pero no quiero! Son horribles, y el estar marcada por ti... Yo... ¿Qué tal si conozco a otro Alfa? ¿U Omega? ¿Qué pasa con tu marca?
— La remuevo – Acarició su mejilla.
— No sé, yo...
— Deja de sentir miedo, no estás sola ¿sí? Estoy para ustedes.
— Gracias, pero...
— Te cuidaré – Pegó sus frentes – Voy a hacer todo para que la mamá de mi bebé esté bien, para que no te provoquemos más malestares.
— ¿Lo dices en serio?
— Por supuesto – Le sonrió.
— ¿Volverás pronto de Londres? – Le tomó las mejillas.
— Volveré lo más pronto posible, tengo que resolver algunos casos.
— ¿Sobre la empresa?
— Sobre la empresa, sobre mi dinero.
— ¿Me contarás? – La jaló hacia ella.
— Te diré lo que quieras saber – Acarició su nariz con la de ella.
— Karlie – Llamó suave.
— ¿Sí?
— Yo...
— Lo sé.

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