La Verdad Sobre Karlie.

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Si, sigo depre por Taylor y el mono ese 😩 no tengo ánimos, la verdad 😤😫 en fin, gracias por sus me gusta y sus comentarios, espero leernos pronto.


Ambas caminaron a la habitación de la castaña, la ayudó a recostarse y le quitó el sacó y la blusa antes de dejarla recostarse, buscó una t-shirt cómoda y se la puso, para luego quitarle los zapatos y por último el pantalón, los acomodó lo mejor posible dado el historial de la castaña y su obsesión por el orden, le echó una pequeña frazada para dejarla descansar.

Prontamente Karlie cayó presa del sueño y se quedó completamente dormida, así que Taylor se quedó a vigilarla, tal vez se sintiera mareada o algo después y era mejor que alguien estuviera al pendiente de ella ¿no? Bajo a la cocina para preparar algo por si al rato tenía hambre, al menos ella tenía un poco así que aprovecho para comer y volvió donde la castaña, se acostó a un lado y tras unos minutos también estaba completamente dormida, al despertar los ojos verdes de Karlie la observaban tranquila.

— ¿Necesitas algo? – Preguntó suave.
— No – Negó – Gracias por quedarte.
— Estaré siempre que necesites algo – Sonrió.
— Gracias – Repitió.
— ¿Quieres comer algo? – Le acarició la mejilla.
— Aun no – Cerró los ojos.
— Descansa, me quedaré aquí hasta que te sientas bien.
— Deberías volver a casa, él te estará esperando.
— Me importas más tu – Acarició su mejilla.
— Son las feromonas – Expresó suave.
— Quisiera que dejaras de decir eso – Bufó.
— ¿Y qué me garantiza que no lo son? – Frunció el ceño.
— Dame la oportunidad de demostrarte que lo que siento es real – Le tomó la mano.
— Cuando quitemos eso, o la controlemos, que no domine tu vida sexual y lo que te atrae, cuando eso pase – Suspiró.
— Pero ¿Cuánto me tomará eso? Ni si quiera sé cómo quitármela o como controlarla, fui con Harry y todo, ya fui a mi cita con Calvin y todo ¿Qué más necesitas?
— Para empezar, que no seas su novia – Suspiró.
— Tienes razón – Asintió.
— Lo sé – Se acostó bocarriba.
— ¿Cómo te sientes?
— Mejor – Asintió – Gracias.
— Entonces me retiro – Se levantó.
— ¿A dónde vas?
— Iré a por mis cosas a la oficina, tengo que ver unas cosas, vendré por la noche a ver como sigues.
— No es necesario.
— Ya veremos – Suspiró.

Cuando regresó por la noche, Karlie estaba dormida de nueva cuenta, no había comido nada de lo que ella había preparado, suspiró para dejar las llaves de la castaña en la mesita del centro de la sala para salir, se cercioró que estuviera bien cerrado y se dirigió a su apartamento, los siguientes días Karlie la evitaba, al igual que ella evitaba a Calvin.

— ¿Puedo saber qué pasa? – Entró Calvin a su oficina
— ¿Pasar de qué? – Lo observó.
— Eso mismo quiero saber.
— Escucha, tengo demasiado trabajo ¿sí? Y no es el momento de hablar, ni el lugar.
— ¿Cuándo y dónde?
— De acuerdo, cuando quieras.
— Hoy, en tu apartamento, a eso de las siete de la noche.
— Bien – Asintió.

Taylor suspiró para animarse, estaba por hablar con él de todo lo que había pasado y no sabía cómo lo tomaría, no quería mentirle, pero tampoco ella, así que se concentró en su trabajo y siguió con eso, por la tarde comenzó a guardar sus cosas para retirarse a su apartamento, ya no tardaba en llegar Calvin y ella no estaba ahí, así que se apresuró, afortunadamente no había tanto tráfico por lo cual llegó a tiempo.

— Hola, lamento llegar hasta ahora, seguía trabajando.
— No pasa nada – Suspiró.
— Entra.
— Gracias.

La rubia dejó sus cosas en el sofá y se fue directo por un par de copas y un vino, lo sirvió y le entregó una copa al hombre que la observó para darle un trago a su vino.

— ¿Qué sucede? – Expresó Taylor.
— Lo mismo quiero saber, me evitas, ya no quieres salir conmigo ¿Qué pasa?
— La verdad es que, siento que lo nuestro no saldrá bien.
— ¿A qué te refieres? – La observó.
— Debo confesar que desde que te conocí me gustaste, me fascinaste y sentía una atracción sexual por ti que creí no lo controlaría.
— Lo mismo pasa conmigo – Sonrió.
— El problema es que después de esto – Frotó su cuello – Me vi obligada a dormir con alguien porque los dolores eran demasiado fuertes y sentía que moriría.
— Lo sé – Asintió.
— De pronto te me hiciste aún más atrayente e irresistible.
— Gracias – Sonrió.
— Estar contigo fue de lo mejor que me pudo pasar, pero para serte honesta no puedo evitar pensar en alguien más, quiero estar con esta persona.
— ¿Te refieres a Kloss? – La observó.
— Sí – Asintió.
— Taylor, son las feromonas.
— ¡Estoy harta de que me digan eso! – Gruñó – Y tal vez tengan razón, porque no sé si sea cierto o no y hasta que no logre quitarme esto o controlarlo, no podré saber si es verdad o falso – Suspiró.
— ¿Qué dice ella?
— Lo mismo, que son las feromonas.
— Vaya, creí que te había contado su historia de la niña abandonada y pobre – Rio – Que luchó para salir adelante en todo eso.
— ¿A qué te refieres? – Lo observó.
— ¿En verdad te lo dijo?
— ¿No es verdad? – Expresó sorprendida.
— Claro que no, Tay – Rio.
— Tú me pregustaste de donde conozco a Karlie ¿no? – Taylor asintió – Bien, te lo diré, si no lo hago es porque ella no quiere que nadie sepa y respetamos eso, pero Karlie es mi prima – Suspiró – Mi madre y la de Karlie eran hermanas – Suspiró – Mi madre murió años antes que su madre, soy tan dueño de la empresa como ella – Gruñó – ¿Por qué crees que tiene ese apartamento? ¿Ese auto? ¿Por trabajar duro y arduamente? Vamos cariño ¿en serio le creíste? – Rio.
— Yo... Es que... Ella es...
—  Kloss y yo Harris? – Sonrió – Su padre era Kurt Kloss, el mío es David Harris, pero nuestras madres al final de cuentas era Wiles – Suspiró.
— ¿Por qué no ha dicho nada?
— No lo sé.
— ¿Cómo es que Harry es su hermano?
— Bueno, cuando quedó huérfana, papá quiso que se quedara con nosotros, pero ella no quiso, así que se fue de la casa, luego como no podía vivir sola, encontró a Harry, es un primo lejano de nosotros y él dijo que se haría cargo de ella – Suspiró.
— De igual forma, no quiero engañarte, ni engañarme – Suspiró – Quiero intentar primero quitarme esto o controlarlo y después saber que siento, sin que esto influya en mí.
— Entiendo – Asintió – Y yo estaré esperándote – Sonrió – De igual forma buscaré como ayudarte.
— Gracias – Lo abrazó.
— Entonces, nos veremos en la oficina – Le sonrió.
— Gracias, Calvin.

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