Cuando me reúno con Taerae en el local de las citas, me río al ver que tenemos que entrar por la puerta de la derecha. Al parecer los Alfas entran por la de la izquierda.¡Vaya tela!
Cuando les cuente esto a los de mi escuadrón, se descojonarán de la risa.
Un hombre comienza a explicarnos las normas de las citas. No vernos, no describirnos, no dar información personal, no decir número de teléfono ni redes sociales, no repetir cita. Uf...., demasiados noes. Al acabar las cuatro citas, de media hora cada una, si alguna nos ha llamado la atención debemos escribir el nombre de la persona en cuestión en un papel y dárselo al moderador. En el caso de que ambos deseemos conocernos el moderador nos presentará, y partir de ahí será cosa nuestra.¡Para flipar!
Según oigo eso, pienso qué hago yo aquí... ¿Desde cuándo hago esta clase de tonterías? Pero bueno, ya que he venido, intentaré pasarlo bien por Taerae.
A mi amigo y a mí nos meten en el mismo grupo, que lleva por nombre «Venecia». ¡Mira qué bien, con las ganas que tengo de ir a esa mágica ciudad! Tenemos cuatro citas de media hora cada una, con cuatro Alfas solteros, en unas cabinas separadas por un cristal negro, y nosotros, no ellos, seremos quienes cambiemos de cabina para mantener las citas.
Taerae está emocionado. ¡Le encantan todas esas cosas! Tras despedirme de el, entro en la primera cabina, me siento en la cómoda butaca y oigo a un hombre que me saluda tras el cristal negro. Sin dudarlo le respondo. Se llama Jeyong, es de Inch-on, y todo empieza a ir mal nada más comenzar a hablar. Es racista, machista, imbécil profundo y odia el ejército. Pero ¿en qué mundo vive este idiota? Como era de esperar, le vacilo y discutimos. Yo no me callo ni debajo del agua.
Suena un timbre y por fin acaba la cita. ¡Menos mal, porque mi siguiente paso era entrar en su cabina y arrancarle la cabeza!
Me cruzo con Taerae , veo que por suerte no le toca con Jeyong Y, tras reírnos, nos metemos cada uno en otra cabina. Cuando me dispongo a cerrar la puerta me pillo el dedo sin querer y suelto:
-¡Joderrrrr!
Y de inmediato oigo:
-Excelente manera de saludar.
Oír eso me hace reír, aunque me chupo el dedo y mientras tomo asiento digo:
-Me he pillado el dedo al cerrar.
-Hay que cuidar el lenguaje..., señorito.
-¡¿ Señorito?! -me mofo--. Por favor..., ¡qué correcto!
¡En la vida me han llamado de ese modo! Suelen llamarme
«Matt», «teniente», «capullo», «Hollywood»...
Lo de «señorito» me parece una cursilada tremenda.-¿Acaso eres un Omega casado? -dice él a continuación.
Sonrío e indico con rapidez:
-Por suerte, ¡no!
La risa al otro lado del cristal oscuro me hace gracia.
-¿Estás bien de tu dedo? -pregunta entonces.
Asiento, pero él lógicamente no me ve, y respondo:
-Tranqui. De esta no la palmo.
-Entonces ¿no llamo a una ambulancia?
Divertido, me río.
-Soy Jiwoong -dice él-. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?
-Matthew. Aunque todos me llaman Matt.
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Si hay que perder el miedo a algo, que sea al miedo. MATTWOONG
FanfictionMatthew, ama su trabajo, pero por experiencia sabe que si tiene pareja puede hacerlo sufrir. Jiwoong, el cual después de la muerte de su esposa se cerró en banda al amor. El destino los unirá, y aunque son muy diferentes se atraerán de tal manera q...