29 Jiwoong

54 14 0
                                    

Cuando localizo a Hanbin en la calle camino hacia él y pregunto haciéndome el encontradizo:

¿Qué haces por aquí?

Él me mira desconcertado.

-Voy..., voy a dar un paseo —murmura.

Algo dentro de mí me dice que no puedo dejarlo solo y, sin dudarlo, indico:

Estupendo. Te acompaño si no te importa. Hace una noche magnífica y me apetece estirar las piernas.

Hanbin me mira, pues no debe de entender qué estoy haciendo.

Ir contigo, que conoces Madrid —añado—, me ofrece la garantía de que no me perderé.

El sonríe, eso me gusta, y comenzamos a caminar en silencio.

Durante un buen rato paseamos el uno al lado del otro, sorteando a la gente, mientras intento buscar temas de conversación. A diferencia de su hermano, Hanbin es más callado, más introvertido, pero poco a poco voy haciendo que se abra; de pronto pasamos junto a un Starbucks y pregunto:

¿Te apetece un café?

Hanbin se para, mira donde señalo y tomando aire dice:

La verdad es que sí.

Entramos en el local y, tras pedir un par de cafés de lo más elaborados, lo animo a sentarnos en uno de los sofás vacíos que hay al fondo.

-¿Qué tal la cena con tu familia? —le pregunto una vez allí.

Él sonríe.

Bien. Como siempre, mi tía ha preparado comida para un regimiento, y mi hermano y yo nos hemos puesto las botas.

Sonrío; imagino a Matt en esa cena familiar, disfrutando del momento, y afirmo:

Como tu tía sea como mi madre, habrá hecho comida para un mes.

Lo es... Lo es... —Ríe él.

Acto seguido se hace un silencio entre ambos; Hanbin y yo no nos conocemos lo suficiente como para intimar. De pronto, señala hacia la puerta y me pregunta:

¿No te incomoda que te sigan siempre a todas partes?

Sigo la dirección de su mirada y veo que se refiere a mis guardaespaldas.

Es cuestión de acostumbrarse —digo.

Él asiente.

Ha surgido un problema en el rodaje —añado luego.

Acto seguido le cuento lo que Sunghoon y Jay me han dicho, y cuando termino me dice:

Entiendo que para la productora no es viable ocuparse del alojamiento y la manutención de cuarenta y ocho personas durante tantos días. Sin embargo, mis padres tienen una casa bastante grande a las afueras de Madrid que utilizamos cuando venimos a España. En ella podríamos estar unas quince personas. Y..., bueno, puedo hablar con mi tía, seguro que conoce a alguien que nos pueda ofrecer su casa pagando un alquiler.

La verdad es que podría ser una buena solución, pero aun así digo:

No creo que todos quieran quedarse en España tanto tiempo. Seguramente algunos preferirán regresar a Seúl tras la primera grabación. He programado una reunión con el equipo mañana a primera hora. Tendremos que valorar y ver qué es lo mejor para todos.

Hanbin entiende lo que digo, y tras dar un trago a su café murmura:

¿Por qué a veces la vida no nos deja pasar página?

Si hay que perder el miedo a algo, que sea al miedo. MATTWOONG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora