4- Jiwoong

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Conduzco tratando de respetar las señales de velocidad y los semáforos, mientras soy consciente de que en el coche que me sigue van Jackson y BamBam, mis guardaespaldas. Yaeseo me ha llamado para decirme que Audrey se ha puesto de parto y necesito llegar cuanto antes a casa.

Por los altavoces del equipo de música del coche comienza a sonar la preciosa canción Cry for love de Baekhyun. ¡Me encanta! Barkhyun es un tipo fantástico al que tuve el placer de conocer tras asistir a uno de sus conciertos una vez que me pilló de rodaje en Japón, y desde entonces se convirtió en uno de mis cantantes preferidos.

Escuchar baladas siempre me ha gustado. En eso no soy un hombre actual. Donde esté una preciosa balada que se quiten otros tipos de música. Son canciones que me relajan. Siempre que estoy nervioso las escucho. La música me serena. Las letras, aunque a veces duelen, me tranquilizan, y ahora que conduzco y estoy nervioso, me viene bien.

Cuando paro en un semáforo recibo una nueva llamada de Yaeseo, que me dice que el veterinario ya está en casa. Eso me tranquiliza. Audrey está con un profesional. Mientras espero que el semáforo se ponga en verde, de pronto viene a mi mente el chico que estaba conociendo en las cabinas. De el solo sé que se llama Matthew, es osado, algo rudo al hablar, es el cuarto hermano de cuatro, quiere ir a Venecia, su película preferida es Coco y no desea que «le den la turra».

Turra..., curiosa palabra, y qué gracioso era ese muchacho. Sonrío. Los omegas con los que me relaciono nunca dirían nada parecido. Y, divertido, pienso en el y en cuando ha dicho aquello del wifi. Estoy seguro de que dejará su teléfono, puesto que lo he notado receptivo.

Veinte minutos después, tras abrirse la verja de mi parcela y meter el coche, una vez que me bajo y observo que Jackson y BamBam entran también, Seungeon se dirige a mi encuentro.

-Todo va bien. ¡Ya ha tenido el primer cachorro!

El corazón se me acelera. Me indica dónde están y, cuando entro, Yaeseo me ve y se me acerca.

-Tranquilo, Jiwoong -dice-. Todo va bien.

Asiento, no lo pongo en duda. De todos es sabido el miedo que les tengo a los hospitales, y especialmente a los partos. Minjung y mi bebé murieron cuando ella dio a luz. Me agacho. Miro el cachorrillo que se mueve y me emociono. Mi perra Audrey me mira y, tras tocarle con cariño su enorme cabezota negra y darle un beso en ella, Jimin, el veterinario, me aclara:

-El segundo llegará en breve.

Minutos después, boquiabierto, soy testigo de cómo viene al mundo un nuevo cachorro.

¡Qué bonito momento!

Uno tras otro van naciendo. Al final son cinco y Audrey está perfectamente. Ante mí tengo a cinco preciosos cachorros de terranova negros, tres machos y dos hembras, que me hacen sonreír como un tonto.

De pronto Matt, el señorito con el que he hablado en la cabina pero no he conocido en persona, viene a mi mente. Estoy convencido de que disfrutaría este momento tanto como yo.
A las dos de la madrugada, cuando se va el veterinario y me quedo a solas con mis perros y los cachorros, me siento con ellos.

Cooper no se mueve del lado de Audrey. Eso me hace gracia. Su manera de estar junto a ella y los pequeños me hace saber que los está protegiendo.
Y me emociono.

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Holiii!!!

Como este capítulo es muy cortito, a la tarde os subiré el siguiente para compensar 😜

Darle mucho amor

Si hay que perder el miedo a algo, que sea al miedo. MATTWOONG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora