La más perra

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—Brianna, por favor. Ya te dije que estoy bien.

Karl se suelta de su agarre.

—Lo siento, estaba preocupada. No pude evitar venir aquí y saber como estabas.

Él resopla.

—Siempre has sido una buena amiga. Disculpa si soy distante, ya sabes como soy. Ahora estoy ocupado, pero si gustas otro día podemos ir a comer y ponernos al día.

Brianna eleva una gran sonrisa, no puede estar más contenta, de inmediato acepta. Ellos acuerdan de verse en unos dias aquí y luego ir a comer. Después de unos minutos ella se marcha con el logro en sus manos.

...

Han pasado los días, Katherine ha estado deprimida, ausente mentalmente. Pues su laptop donde tenia todos sus escritos se dañó, no le pudo pasar algo peor.

Por lo de Karl, ha estado normal, ella no tiene que sentir nada al respecto. Vive sin ataduras, libre. No se encapricha con nadie, ella es feliz consigo misma, no necesita a nadie.

Ha decidido mejor alejarse de Karl y ya no contactarlo más, si él tiene una relación con alguien él tiene que respetar eso. No puede seguir siendo su compañero sexual si hay una tercera persona, si quiere sexo es mejor que busque eso en una pareja real y no con ella. Razón por la que cree Katherine, que él acepto hacerse pasar por un prostituto.

Esto a Karl lo tiene muy desmotivado, alterado, descontrolado. Un sube y baja de emociones, sólo porque ella le ha cancelado unas cuantas citas, y lo peor es que no sabe el porque. ¿Será que Katherine ya se aburrió de él y prefiere contratar a otro? Le tendrá que mostrar que no hay nadie mejor que él.

Recién llega Brianna a la oficina de Karl, hoy es el día que acordaron verse.

—Brianna lo siento, pero no podré ir contigo como lo acordamos. Estoy lleno de trabajo —y eso es verdad, pero también es porque realmente no está de humor, no cuando se siente fuera de sí, a causa de que no ha visto a Katherine en días.

—Puedo esperar.

—No quiero que te aburras aquí.

—No te preocupes, puedo dar una vuelta por la empresa, quiero conocer los foros.

Por un momento Karl duda, pero al ver su cara suplicante no se puede negar, además era él quién la había invitado, no debe ser tan grosero.

La secretaria por órden de Karl acompaña a Brianna a recorrer las instalaciones de la empresa; las oficinas, lugares al aire libre, escenarios. Brianna está encantada, no imaginaba que fuera tan inmensa la empresa.

Llegan a los foros, para precisar, a la producción de Katherine.

En la entrada el guardia les niega el paso.

—Lo siento señoritas, pero por órden nadie que no sea parte de producción puede entrar aquí durante grabaciones.

—Sí, entendemos, volveremos más tarde —dice la secretaria.

—¿De qué hablas? Por supuesto que podemos entrar, que no sabe que ella es la secretaria del CEO, ah y yo su amiga personal. Claro que podemos entrar —dice Brianna en un todo rudo.

Katherine por casualidad se percata de la situación, por lo que no duda en acercarse.

—¿Ocurre algo? —pregunta Katherine.

—Pasa que este señor no nos deja pasar, ya le expliqué que soy amiga personal del CEO y tengo su total permiso para entrar a dónde se me de la gana.

Katherine al escuchar a la señorita arrogante tuerce una medía sonrisa.

—Entiendo, pero estamos grabando y la verdad a mí me disgusta mucho cuando hay personas exentas de la producción, nunca falta que estorben y se atraviesen en una escena. Así que señorita, se lo repito ahora yo, no entrara. —Asevera Katherine.

DE CEO A PROSTITUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora