Reunión con Brianna

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En un sofisticado restaurante; se encuentra un grupo reunido de ex universitarios de la «alta clase». Entre ellos pronto estarán Karl y Alan, normalmente odian asistir a este tipo de reuniones, pero por cortesía a favor de una amiga en común «Brianna», aceptaron.

Recién llegan, se dirigen a la mesa y a lo lejos los mira Brianna, ella de inmediato se levanta y se aproxima a saludarlos.

Ella suspira con alegria, sus ojos brillan al ver a los del Karl.

—Pensé que ya no vendrían...

—No te haríamos ese desaire Brianna —dice Alan.

—Hemos venido porque has sido tú quien organizó está reunión, pero solo estaremos un breve tiempo Brianna, sabes que nuestra agenda es apretada —aclara Karl.

Ella asiente y sonríe no muy convencida.

—Sí, claro.

Pasan a la mesa y saludan a todos los demás, muchos se sorprenden por la llegada de Karl, algunos lo miran gustosos, otros por sus rostros se les nota que les corroe la envidia, pues él hasta el momento sigue siendo el más exitoso y prestigiado, y por supuesto siempre para ellos luciendo tan inalcanzable.

Enseguida de Karl está sentada Brianna.

—¿Y tus padres cómo han estado? —le pregunta Brianna.

—Bien, se han mudado a un suburbio a una casa más modesta.

—Ellos siempre fueron una pareja digna de admirar. Y dime, ¿tú ya has encontrado a la mujer de tus sueños?

—No —comunica tranquilamente a la vez que concentra su mirada en el filete que corta.

Brianna arquea una sonrisa de felicidad, pero sus gestos no encajan con lo que dice:

—Eso es triste.

—De hecho, he encontrado a la mujer de mis pesadillas y estoy completamente desquiciado por ella —para esto se gira a verla, y en la profundidad de sus ojos se aprecia un brillo especial.

—¿Qué? ¿Entonces existe alguien?

—Sí.

Brianna empuña con fuerza una servilleta por debajo de la mesa, se pregunta por qué él nunca pudo verla como algo más que una amiga, verla como ella lo ve a él. Esperaba que hoy pudiera darse cuenta de eso; que no hay mejor opción que ella para casarse, la indicada.

—Supongo que no hablas de Dailing.

—Lo intenté con ella.

—¿En serio, es ella?

—Pero no funcionó.

«Genial, pero se atrevió a intentarlo incluso con esa niñata sin oficio», se queja en su mente.

Alan que está al otro lado de Karl, sentado y con la oreja bien parada escucha muy atento todo.

No obstante, alguien de pronto interrumpe su conversación.

—Pero que honor tener a tan aglomerado CEO, todos estamos extasiados por semejante presencia —aglomera un hombre de físico tosco.

—No es para menos —le reafirma Karl.

El rostro del hombre se endurece, cómo pudo pensar que Karl Wagner sería modesto.

—Aun eres el mismo Wagner, pero también sigues esperando a que tu mami te lleve el lonch —este hombre emite una sonrisa burlona a lo que supone que es divertido.

Los demás compañeros sueltan una risita burlona, excepto Alan y Brianna.

«No pudo haber dicho un comentario tan más estupido», se dice Karl en sus adentros.

—Y a ti tu madre sigue sin ponerte atención, por lo visto —Él no va a tolerar ser el motivo de burla.

Todos vuelven a reir ante el comentario de Karl. Pero el bastardo no se rinde, no le es suficiente con la ya humillación de Karl.

—Qué te digo, mientras tu eras un hijo de papis que te solucionaban todo, mis padres reforzaron a un hombre fuerte e independiente. Tanto que ahora dirijo una empresa con mayores activos que la tuya.

«Hijo de papis» Esa etiqueta de nuevo, si algo sabían los demás es que no se debían meter en ese terreno escabroso, y menos tratándose de Karl Wagner.

Se comienza a sentir una gran tensión en el ambiente, un silencio embarazoso por parte de todos, esperan con temor la respuesta de Karl.

—Tienes razón, ahora tu empresa tiene mayores activos que una de mis tantas empresas, pero —para esto Karl pone los codos sobre la mesa y entrelaza sus manos— ¿No es en tu empresa dónde los empleados hicieron huelga por falta de sueldo y pensiones? ¿En eso se basa la riqueza de tu empresa? ¿O en el invadir impuestos y lavar dinero? Sorpréndete el hijo independiente.

Si Karl no fue modesto, mucho menos iba a ser condescendiente cuando quieren ridiculizarlo y opacar a su empresa.

—Tu empresa no deja de ser una mierda, solo es para tener idiotizados a las personas en frente de un televisor.

—¿Idiotizados? Mi empresa no pretende educar a nadie, solo entretener e informar, cada quien decide que ver y por cuanto tiempo, pero así como la TV no educa, tampoco el dinero, claro ejemplo eres. Además que te digo, no por nada eligen ver una cadena neutral donde no se altera y censura la información a favor de nadie. Hasta el momento es el medio más confiable y honesto. Dos cosas que tus padres no te enseñaron.

Al hombre se le retuercen los intestinos del coraje, pero Karl aún no termina.

—Y que bien que expresas tu sentir sobre mi empresa, porque así cuando el gobierno te fiscalice no vengas a la mierda de mi empresa a pedir dinero para pagar tus deudas... —Se pone de pie y se ajusta el saco.

—Karl, por favor —Brianna intenta detenerlo.

—Esta bien Brianna.

Alan también se pone de pie.

—Y ahi vá como siempre su achichincle.

Y no hay peor cosa para Karl que intenten minimizar a alguien que estima. Para Karl, Alan es más que un asistente, que un amigo, para él realmente es como un hermano. Alan es hijo del chofer que trabajaba para el padre de Karl, desdé niños fueron amigos natos. Los padres de Karl becaron a Alan, dándole la oportunidad de asistir a las mismas escuelas que Karl. Así ellos dos siempre han compartido todo juntos. Alan es el único amigo sincero que ha tenido Karl.

Lamentablemente Alan por su condición económica siempre fue víctima de exclusión y burla por algunos, no todos. Pero tampoco Karl se salvaba de las burlas y la exclusión, siempre tuvo la etiqueta de ser «Hijo de papis».

—Esté achichincle como tú le llamas, ahora es el ejecutivo más importante de una cadena de televisión, y recuerda que no hay mayor poder que quien posee la información. No omitiremos nada, prepárate.

El hombre está vez se queda callado.

Karl y Alan sin decir más salen del restaurante y Brianna sale detrás de ellos para disculparse. Prometen volverse a ver, pero solo los tres.

En el auto...

—¿Le daremos difusión a los problemas que está enfrentando su empresa?

—Sí, tendrá que enfrentar las consecuencias de la mierda de su personalidad. Además no es solo por ofendernos a nosotros, sino que aquéllos empleados necesitan ser escuchados.

—De acuerdo —Alan anota en su tablet las ordenes de Karl.

—No solo en el canal abierto le den difusión, también en redes y en los canales de paga —él empuña las manos con fuerza y los dientes.

El infortunado momento que Karl tuvo con su excompañero lo ha dejado con un mal sabor de boca y con un pésimo humor, que irá en ascenso al tener que regresar al trabajo a una reunión y tener que lidiar con los ejecutivos. Tristemente ellos terminaran pagando los estragos de su pésimo humor, no les será nada sencillo tratar con el CEO hoy.

...

Katherine camina encorvada por los pasillos del piso presidencial, escondiendose entre los cubiculos. Ella espera ver a Karl, quiere comprobar algo, o mejor dicho capturar algo.

DE CEO A PROSTITUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora