⚠️HAFEFOBIA⚠️ [Bilogía Hafefobia - Libro 1]

21. Entre estrellas de cartón

Baekhyun estaba sentado en el jardín trasero de la casa, respirando el aire fresco, podía percibir el tenue aroma de las flores y la suave brisa que soplaba sobre su rostro despeinándolo un poco. Tenía la vista fija en una mariposa azul que volaba sobre unas flores blancas sin decidir en cuál posarse.

Él quería ser como esa mariposa, quería volar e ir a cualquier lugar que deseara, tal vez a otro país; de repente, sentía muchas ganas de volver a la cabaña de los Park, pero él solo necesitaba un tiempo lejos del mundo para pensar y tomar decisiones, y debía hacerlo a solas.

Una lágrima traicionera bajó por su mejilla, no la sintió hasta que le hizo cosquillas en el labio, luego vino otra y otra más... No quería llorar, no conseguía nada con eso, él quería ser fuerte, necesitaba ser fuerte más que nunca antes, si seguía huyendo de todo, esta tortura no tendría fin. Ya no se trataba solo de él, toda su familia estaba en peligro, y su familia ahora era muy grande.

Los esbozos de normalidad que había disfrutado en esas semanas anteriores lo llenaron de ilusiones, Chanyeol era su esperanza. Una vida feliz a su lado era lo que más quería, a lo mejor podría trabajar desde casa mientras cuidaba a los niños y esperar en la tarde la llegada de su esposo, servirle la deliciosa cena que había preparado con amor para él, hablar de su día, tal vez ver algo de televisión o leerles a los niños juntos, y dormir tranquilo entre sus brazos.

No había nada que le gustara más que dormir con el calor del cuerpo de su novio, sentir su piel contra la suya, Dios, era lo mejor de la vida. Tal vez Luhan tuviera razón y el sexo era incluso mejor, pero él sería completamente feliz solo de poder acostarse cada noche pegado al hombre que amaba.

Por eso, ya no quería tener más miedo, deseaba que toda la pesadilla terminara más de lo que deseaba su próximo aliento, ya no aguantaba ni un solo día más de incertidumbre y angustia cada vez que Chanyeol salía, o estarse preguntando qué más cosas le ocultaban.

Luego del momento con Sehun, estuvo dormido por casi tres días, cuando completó las primeras doce horas inconsciente vino a revisarlo una ambulancia, pero al confirmar que sus signos eran estables decidieron no trasladarlo, las implicaciones de moverlo al hospital eran muchas, debían desplegar todo un operativo de seguridad y el médico les aseguró que estaba en perfectas condiciones de salud, nuevamente, todo era un asunto mental. De tal manera que acondicionaron su habitación con los implementos necesarios y lo canalizaron para suplir las necesidades de su cuerpo, si ese estado se prolongaba más de tres días, sería obligatorio llevarlo al hospital.

Mientras permanecía inconsciente vivió la experiencia de un sueño demasiado lúcido, fue difuso, no lograba recordarlo del todo, pero las sensaciones seguían claras en su piel; él caminaba sobre una especie de lago de aguas oscuras y, al final, alcanzaba a ver una mujer. Caminó y caminó por lo que le parecieron horas, pero no lograba llegar a la orilla; la veía cerca, ella le extendía los brazos llamándolo y él tenía el impulso de ir a ella, necesitaba desesperadamente llegar a ella.

Cuando sus piernas ya no daban más por el cansancio, la reconoció, era su madre, se veía tan hermosa, tal como la recordaba, con su largo cabello negro y un vestido blanco, parecía tranquila con sus labios rojos esbozando una dulce sonrisa. Baekhyun escuchaba que ella decía su nombre, pero no la veía mover los labios, ella solo sonreía. Se esforzó más por alcanzarla, pero cuando sus dedos rozaron los de ella, simplemente se desvaneció, entonces el agua empezó a agitarse y a consumirlo.

Él podía sentir esa fétida agua entrando a sus pulmones, el ardor y la desesperación mientras luchaba con la poca fuerza que le quedaba por salir a flote. No pudo hacerlo, así que se rindió, solo cerró los ojos dejando que la oscuridad se lo tragara y esperando despertar a salvo en su cama. Tampoco ocurrió de esa manera, cuando volvió a ser consciente de sí mismo, todavía estaba en el sueño, solo que ahora caminaba por un campo hermoso lleno de flores, escuchaba risas de niños pequeños y una risa ronca en particular que conocía muy bien.