Hubo un par de segundos en los que Chanyeol se quedó congelado en el tiempo y el espacio.
Su cuerpo no se movía, ni siquiera para respirar, sus grandes ojos abiertos a su máxima capacidad miraban fijamente el lago hemático que se formaba debajo de esos dos cuerpos. Era irreal, eso no estaba sucediendo, en algún momento él se había quedado dormido o se habían estrellado en el auto y esta era su versión del infierno al que había caído.
Simplemente no era posible que Baekhyun acabara de morir frente a sus ojos. No. Él no lo iba a aceptar.
Chanyeol comenzó a negar con la cabeza mientras gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas, él necesitaba acercarse y comprobar que Baek estaba vivo, que había visto mal, que la bala no lo tocó y él solo se había desmayado por el susto, eso era todo. El problema era que no podía ni siquiera bajar los brazos que continuaban sosteniendo el arma en alto, mucho menos obligar a sus piernas a moverse.
─¡Chanyeol!
La voz de Jongin sonaba tan lejana, amortiguada y borrosa, como parte de un eco o un recuerdo, algo completamente ajeno a él.
─¡Santo Dios! ¡Traigan una camilla!
Jongin había corrido detrás de él, pero se mantuvo en la puerta para cubrirlo, no se esperaba ese desenlace, él estaba preparado para un enfrentamiento, para que los estuvieran esperando un montón de hombres armados y tener una batalla terrible que podría terminar en masacre.
Que todo terminara tan pronto como llegaron era algo inesperado, pero que el asesino serial al que llevaban tiempo buscando y que había convertido sus vidas en un verdadero infierno hiciera esa última jugada, debía ser una broma del destino.
Él corrió hacia Chanyeol, pero al ver que estaba en shock, siguió su camino hasta los cuerpos, movió a Yifan, aunque recibiera un regaño por hacerlo, necesitaba comprobar el estado de Baekhyun. Mientras hacía eso, los paramédicos llegaron corriendo con dos camillas para los heridos.
Yifan estaba muerto. La bala le había atravesado por completo la cabeza, la herida de salida era grande y había partes de materia gris esparcidas bajo ellos. La duda era si pertenecían a Yifan, a Baekhyun o a ambos.
En cuanto Jongin lo vio soltó un sollozo, el chico tenía un orificio de entrada arriba de la sien y ya no fue capaz de tocarlo. Sin embargo, los paramédicos sí revisaron su pulso dando la noticia que no esperaban recibir.
─Está vivo. Su pulso es muy débil, no sé si logre llegar al hospital.
─¡Rápido, muévanse!
Mientras lo subían a la camilla, se escuchó el fuerte sonido de la hélice del helicóptero que acababa de llegar. Solo en ese momento Chanyeol pareció reaccionar y se acercó con las piernas tambaleantes, él ya no soportaba más, estaba en el límite, era demasiado para una misma persona.
─Baek...
─Chanyeol, Baek está vivo. Vamos a llevarlo al hospital, ¿de acuerdo? Tienes que tranquilizarte.
─Baek...
─¿Pueden darle algo? Está en shock, él es su pareja. ─solicitó Jongin a los paramédicos, le preocupaba lo mal que veía a Chanyeol en ese momento.
─Sí, vamos.
Jongin lo envolvió con su brazo y lo ayudó a caminar, el gigante estaba hecho una plastilina, su mirada no terminaba de enfocarse y tampoco dejaba de llorar, ni siquiera producía algún sonido o sollozo, las lágrimas solo seguían escapando de sus ojos sin control.
Cuando llegaron al helicóptero, Minho y los demás descendieron, venían armados hasta los dientes y con su traje de combate, incluso llevaban el casco. Pero las miradas desconcertadas de todos, cuando vieron avanzar las camillas, se encontraron con un Baekhyun herido que llevaba mascarilla de oxígeno mientras los paramédicos se gritaban indicaciones entre ellos para traer el quipo al helicóptero. Y con Jongin que luchaba por soportar el peso de su gigante compañero que parecía un ebrio a punto de perder la consciencia.
ESTÁS LEYENDO
⚠️HAFEFOBIA⚠️ [Bilogía Hafefobia - Libro 1]
RomanceBaekhyun vive una vida normal, si entendemos por normal estar recluido en su casa y alejado de todo contacto humano, pero no está encerrado contra su voluntad, él padece Hafefobia, el miedo irracional a ser tocado, lo odia, no lo soporta. Su vida es...