34. Y de pronto un día de suerte

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Luhan se sentía tan confundido que ya no estaba seguro de qué era real y qué era mentira.

Los días pasaban tan lentos que dormir era su única salida, así que procuraba hacerlo la mayor parte del tiempo, siempre excusándose con su secuestrador, diciendo que se sentía muy débil. En respuesta, Yifan le traía buena comida, le había comprado todos los suplementos que alguien en cinta debería consumir y lo había trasladado a una mejor habitación.

Las paredes estaban recién pintadas y el suelo estaba alfombrado, los muebles también eran nuevos y muy cómodos, incluso reconoció que la ropa de cama era fina, de la mejor calidad y hasta un par de peluches le había comprado su padre en un intento vano de ganarse su simpatía. Si algo tenía muy claro Luhan, es que ese hombre solo le provocaba desprecio y alguna clase de lástima, pero reconocía su intención de ser bueno con él y procuraba aprovecharse de eso.

Era cierto que su cuerpo no estaba en las mejores condiciones, vomitaba mucho, especialmente en las mañanas, poca comida lograba quedarse en su estómago y el sueño lo agobiaba, aunque no en la medida en que él pretendía. Incluso había fingido algunos desmayos cuando no deseaba continuar presenciando las torturas prolongadas de Yunho.

Una parte de él se sentía mal por el hombre, sus gritos desgarradores parecían causarle placer a Yifan, pero a él continuaban asustándolo mucho, aunque debía admitir, para sí mismo, que cuando no había tanta sangre involucrada, sí encontraba alivio en su dolor, especialmente cuando Yifan le recordaba que gracias a lo que ese hombre le hizo y que Sehun escuchó, ese chico al que amaba ya nunca lo iba a aceptar. Él había perdido lo que más quería, no tenía mucho sentido negar su rabia.

─¿Cómo te sientes?

─Tengo hambre.

─¿Quieres algo en particular? Te ves muy pálido.

─No he recibido el sol en muchos días, debe ser eso.

─¿Quieres salir?

─¿Vas a dejarme salir?

─No de la forma en la que quieres, pero puedo llevarte al patio de atrás, incluso hay árboles y flores, podría gustarte.

Luhan estuvo a punto de gritarle que se fuera al diablo, pero Baekhyun vino a su mente, si la suerte lo acompañaba y podía ver alguna señal del escondite que Baekhyun también viera en sus visiones, era una oportunidad que no podía desperdiciar. Así que asintió con una bonita sonrisa y casi pudo ver el rostro de Yifan iluminarse.

El patio no era lo que esperaba, no se trataba de un jardín cuidado, claro que no, debió saber que en ese lugar horrible en el que estaban no habría precisamente jardineros, se trataba más bien de un viejo jardín abandonado, pero era mejor que el interior del edificio al menos no olía tan mal. Las flores que había mencionado Yifan no eran más que maleza acumulada, pero podía soportarlo, seguramente en la mente retorcida de ese hombre ese era un hermoso lugar porque incluso parecía pacífico mientras lo observaba.

─Gracias.

─No quiero que enfermes.

─Eres una persona extraña.

─Ya me lo han dicho.

La carcajada que soltó Yifan casi lo hacía parecer una persona y no el monstruo que era.

─Quiero que me digas qué pasó con papá, ¿por qué lo dejaste?

─Nunca quise irme.

─Dime la verdad.

Un largo suspiro salió de Yifan mientras miraba al cielo como debatiendo consigo mismo si debía decirlo o no. Ya no tenía mucho sentido contárselo a Luhan, aunque tampoco tenía razones para callarlo.

⚠️HAFEFOBIA⚠️  [Bilogía Hafefobia - Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora