KTS ( besar a un desconocido)

CAPÍTULO 42

Cuando llegó la mañana Steward llamó a la puerta de mi habitación. Se asustó cuando abrí la puerta de golpe, y al ver mi rostro, se sorprendió de nuevo.

"¿No has dormido?", preguntó Steward , y respondí con una débil sonrisa que simplemente no pude dormir. Pasé la noche llorando desconsoladamente, y mi estado era bastante grave incluso a mis propios ojos. Steward, como si hubiera adivinado mi situación, sonrió ante mi risa forzada y dijo:

"Kamar se preocupara si te ve así".

Al escuchar esas palabras me sentí animado, ¿en serio? ¿Kamar se preocupara de nuevo como antes?

"¿Qué pasa con tu cara? ¡Jhon, ¿quién te hizo esto?!"

Me reí al imaginar a Kamar horrorizado y gritando. Y luego, las lágrimas brotaron de inmediato. Realmente desearía que eso sucediera.

Llevando mis escasas pertenencias y a Rical, seguí al Steward fuera de la posada. Mientras viajábamos juntos en su automóvil hacia el palacio, mi corazón estaba lleno de esperanza y desesperación.

Después de horas de viaje fue cuando finalmente apareció a lo lejos un edificio magnífico y gigantesco. La velocidad del automóvil disminuyó gradualmente y se detuvo frente a la inmensa puerta abierta. Steward bajó la ventana del asiento del conductor y mostró su identificación al guardia.

"¿Y él?", preguntó el guardia señalándome.

"Es mi asistente. Es difícil encontrar ayuda para mi investigación, así que lo traje", respondió Steward de manera natural.

Inclinándose para inspeccionarme, el guardia frunció el ceño antes de preguntar:

"¿Es muy joven? ¿Cuántos años tienes? Doctor, también tenemos leyes. Será problemático si explotas a un niño".

Apresuradamente respondí a la pregunta inquisitiva, "Oh, soy adulto. Tengo veinte años".

El guardia chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

"¿Qué tipo de trabajo hace para este tan demacrado? Doctor, incluso si es un estudiante debería alimentarlo antes de hacerlo trabajar. Parece que no es un asistente, sino que está llevando a un paciente".

"Ja, ja..."

Steward soltó una risa incómoda antes de arrancar el automóvil. El guardia dejó de bloquearnos y nos dejó pasar. Tan pronto como desapareció de la vista, Steward borró su sonrisa y estalló en cólera.

"¿Cómo se supone que debo hacer que Jhon coma si ni siquiera yo puedo? ¿No es así?"

"Sí, claro".

Rápidamente asentí en acuerdo. Steward me miró brevemente y habló firmemente.

"Así que, Jhon, come un poco, ¿entendido? No hagas que sospechen de mí".

"Sí... Lo siento".

"No necesitas disculparte".

Volvió a mirarme directamente.

"De todos modos, este mes, ganarás al menos 5 kg, ¿entendido? El palacio tiene una abundancia de comida. Si no cumples la promesa, daré la vuelta al automóvil de inmediato".

Me sorprendí y asentí apresuradamente.

"Oh, sí. Haré eso".

"No solo con palabras".

"No dejaré nada y comeré todo, lo prometo".

Cuando hice esa promesa la expresión del Steward finalmente se relajó, mientras tanto pasamos por un amplio jardín y llegamos frente al palacio.