KTS ( besar a un desconocido)

CAPÍTULO 85

"Jhon, ¿a dónde fuiste? De repente, no te vi y me sorprendí".

Al verme, Meisa preguntó con sorpresa y sonreí torpemente. No pude responder y Meisa continuó hablando.

"Hablaba de hacer algo de ejercicio. Y mencioné a la criada que cuidaba del gato de John..."

Ella no sabía nada sobre la conversación entre Zahara y yo. Siguiendo la palabra de Zahara, mantuve el secreto y cerré la boca.

"Ah, ¿así que fuiste a ver al gato? ¿Pero por qué salir imprudentemente?"

Meisa parecía convencida, pero pronto inclinó la cabeza. No pude mencionar que a Rical no le gustaba al príncipe y me apresuré a cambiar de tema.

"Solo quería salir y hacer algo de ejercicio..."

"Bueno, después de todo, ¿has estado en la habitación casi un mes?"

Ante sus reflexivas palabras, evité la mirada y no hubo más que decir. Después de eso, todo fue como de costumbre. Después de recibir tratamiento para las heridas en la espalda, cenamos y tomé mi medicina. No podía verlo, pero según las palabras de Meisa, las heridas estaban mejorando claramente. El dolor disminuyó gradualmente y la sensación de la piel desgarrándose ya no volvió.

"Es realmente afortunado que no haya habido inflamación".

Dijo Meisa, agradeciéndole a Dios. Fue en ese momento que repentinamente mi vista se volvió negra. Parpadeé rápidamente y mi visión se aclaró gradualmente, revelando la figura de Meisa mirándome.

"Jhon, ¿qué pasa?"

"Oh, no, nada en absoluto".

Apresuradamente, negué con la cabeza. Debe ser debido a la anemia. No quería preocuparla, ya que estaba haciendo un esfuerzo considerable por mi bienestar. Además, no quería agregar más trabajo innecesario diciendo que no veía bien.

"No es nada, de verdad".

Fue cuando repetí la misma frase una vez más. Se escuchó un golpe en la puerta y, después de un momento, se abrió.

"Señorita Meisa, hay un visitante".

Cuando el informante se apartó, un visitante inesperado entró en mi campo de visión.

"Princesa".

Meisa inclinó rápidamente la cabeza y yo también me levanté apresuradamente. Sin embargo, enseguida mi visión se volvió negra, pero esta vez fue por una razón diferente.

"¡Jhon!"

Recuperé la conciencia al escuchar la voz de Najima. Cuando abrí los ojos, vi a la enfermera sosteniéndome en el suelo.

"¿Estás bien? Puedes simplemente sentarte".

Después de la preocupante voz, Meisa habló.

"Parece que estabas mucho mejor, así que te dije para dar un breve paseo, pero creo que fue demasiado apresurado. Fui demasiado impaciente".

Al ver a Meisa culparse a sí misma, intenté decirle que no era su culpa, pero Najima habló primero.

"No hay prisa. Acaba de empezar a mejorar. ¿Estás bien, Jhon? ¿No sería mejor que te acostaras en la cama?"

"Sí, eso sería lo mejor. Acuesta a Jhon en la cama".

Siguiendo las instrucciones de Meisa, el sirviente, que estaba a punto de cerrar la puerta, se detuvo y entró para sostenerme. Najima esperó pacientemente sentada en la silla hasta que Meisa confirmó mi estado en la cama.