KTS ( besar a un desconocido)

CAPÍTULO 147

Cuando se abrió la puerta de la oficina, un aire frío tocó mi piel. Tal vez debido a que no podía ver, mis sentidos se volvieron más agudos, y pude sentir de manera más sensible cómo el silencio era diferente. El silencio que sentía ahora era afilado como un cuchillo, cortando mi piel. Inconscientemente, encogí los hombros mientras Asgail, sin dudarlo, se sentaba en algún lugar. El problema era que hasta ese momento, no me había soltado. Terminé sentado en el regazo de Asgail.

Rompiendo el pesado silencio, la voz de un hombre mayor se hizo oír.

"Su Alteza... no es común que traigas un omega a la oficina".

"Sí. Eres el primer omega que entra aquí, Jhon".

La voz del príncipe estaba llena de alegría. Me sorprendió que se dirigiera a mí, no al hombre. Aunque no sabía cuántas personas había dentro, probablemente todos aquí se sorprendieron tanto o incluso más que yo.

"Su Alteza..."

Alguien más comenzó a hablar, pero no pudo continuar. Probablemente estaba demasiado impactado. Por supuesto, pensé. ¿Qué estará pensando el príncipe?

Pero Asgail no respondió y cambió la conversación.

"Bien, comencemos el informe".

El pesado silencio era de un tipo diferente al de antes. Probablemente estaban mostrando reacciones de sorpresa o desconcierto. Nadie habló. ¿Estaban intercambiando miradas? La incomodidad de este silencio me hizo mover el cuerpo. Entonces, inmediatamente, la voz de Asgail descendió.

"¿Por qué estás así? ¿Necesitas algo?"

Casi me atraganto. Me enfrenté a una situación tremendamente crítica en un silencio tan opresivo que ni siquiera se podía escuchar mi respiración.

"Yo, ehm..."

Con una voz bastante temblorosa, logré abrir la boca, pero formar una oración adecuada no fue fácil.

"Po-porque, ust-ed está ocupado, así que, yo... debería volver".

"¿A dónde piensas ir descalzo?"

La voz de Asgail cortó mis palabras sin piedad. Aunque me cubría la boca con ambas manos, él me ordenó fríamente.

"Quédate así, no te muevas por tu cuenta".

No pude emitir ningún sonido y apenas asentí con la cabeza. Pero no terminó ahí.

"Entra".

En respuesta al llamado de Asgail, el sirviente, que estaba esperando afuera, entró apresuradamente y respondió:

"Sí, Su Alteza. ¿Me buscaba?"

"Trae macarons y té".

Esta vez, se escuchó un suspiro ahogado. Si no me estuviera tapando la boca, probablemente habría hecho un sonido sorprendido. El sirviente regresó poco después. Los suaves pasos se acercaron y parecieron detenerse a mi lado por un momento antes de alejarse nuevamente. Nadie hizo ruido hasta que se cerró la puerta. A través de la rendija de la mano, pude oler el aroma del té. Inconscientemente, inhalé y Asgail dijo:

"Aparta tus manos".

A regañadientes, ante ese tono de voz tranquilo, bajé las manos tal como me ordenaron. Entonces, entre mis labios expuestos, sentí algo suave pero firme. Inadvertidamente, al abrir los labios, algo entró rápidamente. La superficie crujiente se rompió, llenando mi boca con un sabor dulce. Era un macaron. A punto de soltar las migas, agarré rápidamente el macaron que tocaba mis labios, momento en el cual mi mano se encontró con la del príncipe que también sostenía una galleta.