NO ME GUSTA

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Jimin estaba sentado en el jardín, no podía dormir, ya tenía una semana con el mismo problema, cada que intentaba cerrar los ojos, veía al hombre ese tratando de tocarlo, casi podía jurar que sentía su aroma.

A parte de que seguía pensando en su padre, en los motivos que lo llevaron a asociarse con una mafia, ¿es que no pensó en ellos, en su madre? se preguntaba si lo había hecho por dinero, o simplemente por qué le pareció un buen negocio, quería entender, también se preguntaba qué habría pasado con él si Jungkook no lo hubiera rescatado, o si hubieran llegado una hora más tarde, seguramente hubiera sido violado.

Una sonrisa traicionera se formó en su boca cuando a su cabeza llegó la imagen de Jungkook, se iba a convertir en la envidia de sus amigos cuando lo vieran llegar con él a la academia, ya casi podía escuchar a Lisa quejándose de que él tenía un guapo guardaespaldas mientras el de ella era viejo y con cara de ogro.

Desde que lo vio por primera vez y a pesar del la situación en la que estaban no pudo evitar notar lo guapo y atractivo que era, con ese porte de rebelde que tenía y esos ojos negros que le aceleraron el pulso cuando lo miró, y en los días que tenía conociéndolo había notado que era mucho más que músculos, era muy inteligente.

Sacudió la cabeza, ¿en qué estaba pensando? no podía estar pensando en su guardaespaldas de esa forma, no, definitivamente no le podía gustar.

Se levantó de la banca en que estaba y cuando se giró para regresar a la casa, de pronto vio a el objeto de sus pensamientos, Jungkook  iba saliendo, se veía increíblemente atractivo, llevaba unos pantalones de chándal gris y una camiseta sin mangas negra dejando ver sus fuertes y musculosos brazos tatuados, cuando él se percató de su presencia, se puso rígido, como si lo hubiera descubierto haciendo algo que no debía.

—Buenas noches señor, digo Jimin —corrigió Jungkook al notar el gesto que hizo el más bajo.

—Buenas noches, ¿que haces aquí a fuera?— preguntó Jimin.

— Salí a fumar — dijo levantando la mano donde llevaba la cajetilla —. Siempre que duermo fuera de mi departamento, las primeras noches nunca puedo dormir y un cigarro siempre me relaja.

—Ah, ya veo, pero no debes de fumar, ¿Qué no sabes que te hace daño? — ¿de dónde sacó eso? a él que le importaba si fumaba o no, pensó Jimin  haciendo un puchero —. Bueno no es de mi incumbencia, mejor me voy ya estoy cansado.

Se despidió y comenzó a caminar hacia dentro de la casa, cuando paso a su lado, una pequeña corriente eléctrica lo recorrió, no le quiso dar importancia, sólo eran escalofríos por el frío de la noche, sí, sólo eso.

Jungkook vió alejarse al pelirosa y soltó el aire que estaba conteniendo sin darse cuenta, verlo justo cuando estaba pensando en él lo sorprendió.

Estar cerca del más pequeño de los Park lo ponía nervioso, físicamente lo atraía y eso le daba miedo, no sólo por que era algo fuera de lugar por qué su misión era cuidarlo no sentirse atraído por él y también por qué no se podía permitir sentir algo por alguien cuando tenía una venganza por cumplir dónde corría el riesgo de morir en el intento.

Llevo el cigarro a su boca y por algún motivo pensó en la boca de Jimin y en como se sentiría probar esos antojables labios de bombón.

Negó con la cabeza, y se pasó la mano por la nuca.

— Sácate esos pensamientos de la cabeza Jungkook, no importa cuánto se te antoje, esa boca está prohibida para tí, está prohibido que te guste, definitivamente Jimin, no te puede gustar.

— Sácate esos pensamientos de la cabeza Jungkook, no importa cuánto se te antoje, esa boca está prohibida para tí, está prohibido que te guste, definitivamente Jimin, no te puede gustar

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Eran las siete de la mañana y Yoongi se alistaba para ir a trabajar cuando tocaron a su puerta.

—Pase — la puerta se abrió y la alta figura de su guardaespaldas apareció —¿Qué pasa Jackson?

—Sólo quería saber a qué hora quiere que partamos hacia su oficina para tener todo listo, ayer no me dijo los horarios que maneja.

Yoongi sonrió, algo en la actitud de Jackson le causó gracia, se había tomado una semana de descanso para estar con sus hermanos y había olvidado decirle  a qué hora se iba normalmente, ahora parecía un niño a punto de ser regañado, un niño en el cuerpo de un atractivo hombre.

—No te disculpes, no pasa nada, nos vamos en media hora, pero no vamos a mi oficina, primero vamos a ir al despacho del abogado de mi familia.

—Ok, entonces lo espero en el carro, con permiso.

Jackson se despidió con una inclinación y se dió la vuelta, ese simple acto le permitió a Yoongi poder verlo bien.

—Vaya que es guapo — dijo en voz alta —. Creo que no será tan malo después de todo tener a alguien siguiéndome todo el día.

Terminó de arreglarse y salió del cuarto, cuando lo hacía también iba saliendo Hoseok de su habitación.

—¿Ya te vas Yoongi? Pensé que te quedarías a desayunar con nosotros.

—Lo siento, si quisiera pero tengo que ir a ver a Bang Chin-Hwa, tengo que arreglar unos asuntos y decirle que ustedes se encuentran bien en las pocas llamadas que tuve con él no hablamos mucho de lo sucedido.

—Ok, pero a comer si vienes verdad, ahora más que nunca quiero que estemos más tiempo juntos, no se sabe que puede pasar más a delante.

Yoongi sonrió, y le pasó la mano por el despeinado cabello.

—Te prometo que vendré a comer ok, ¿tienes pensado salir a algún lugar hoy?

—No creo, pero ayer el señor Yoo Si Jin dijo que tendríamos que rendir nuestra declaración de lo sucedido, así que si salimos sería a la comisaría, no creo que ni Jimin ni Jin quieran salir aún de la casa, y siendo sincero yo no quiero hacerlo me da un poco de miedo que ese hombre vuelva a intentar algo.

—Te entiendo, pero tampoco puedes permitir que el miedo te paralice, tu vida tiene que seguir su curso normal, no te puedes quedar encerrado aquí toda la vida.

—Sí, lo sé pero... no, tienes razón no me puedo dejar llevar por el miedo.

Hobi sonrió y lo abrazo, bajaron juntos y se despidieron. En el auto ya lo esperaba Jackson, le abrió la puerta trasera del auto para que entrara.

—Gracias —le dijo al tiempo que entraba al auto, giró su cabeza y por la cercanía sus rostros quedaron demasiado cerca, tanto que podían sentir sus respiraciones.

Jackson carraspeó y se alejó.

—Lo siento, señor.

—Yoongi, llámame así, ya les dije que me llamen por mi nombre no me gusta que me digan señor, tengo veintisiete años no cincuenta.

—Sí, lo siento se... Yoongi — dijo Jackson mientras cerraba la puerta.

—Eres un idiota Jackson —se dijo para si mismo, no entendía por qué se ponía tan nervioso a lado de Yoongi, parecía un novato, él debería de estar pensando que era un tarado —¿Dónde es la dirección del despacho del abogado que menciono antes? — preguntó en cuanto se subió al auto.

Después de que le dió la dirección y se pusieron en marcha Yoongi saco su iPad para revisar su correo. Jackson lo miraba por el espejo retrovisor, antes  cuando le dijo su edad se sorprendió sólo era un año más chico que él y tenía la responsabilidad de sus hermanos y de una empresa, era alguien digno de admiración y esos ojos felinos que tenía eran los culpables de que actuará como idiota.

Yoongi podía sentir la mirada de Jackson sobre de él, y no le incomodaba en lo absoluto, al contrario, sonrió discretamente tapándose con la tablet, quién dijo que todo en la vida era trabajo.


Yoongi podía sentir la mirada de Jackson sobre de él, y no le incomodaba en lo absoluto, al contrario, sonrió discretamente tapándose con la tablet, quién dijo que todo en la vida era trabajo

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사랑을 찾고 ★Looking for Love★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora