«Saint Seiya | Omegaverse | BL | ShakaXMu»
Shaka y Mu, dos pequeños niños que fueron criados con disciplina y rectitud para convertirse en dos "Omegas" del mas alto valor, sin embargo, todo cambia cuando en el primer celo de uno de ellos, todos des...
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Cap. 27: Dulce sensación.
Se le pegaba el cabello húmedo al rostro, a los hombros y a su espalda. Shun se observó en el espejo de medio cuerpo al recargarse en el lavamanos; sus labios sin tono y las mejillas pálidas. Podía sentir incluso que sus ojos se hundían un poco ¿O era a consecuencia de las ojeras? Desvió su rostro cansado de lo que miraba, prefirió darse fuerzas, pensar en las últimas tardes de esos días. Él y Shaka juntos mientras atardecía y luego regresando a casa tomados de las manos, aquellos pequeños recorridos y su respiración se agitaba, intentaba disimular que incluso estar de pie se volvía complicado. No quería darse por vencido tan pronto, porque por primera vez la resignación de desaparecer poco a poco había traído angustiosas noches de desvelo.
Sentado en el retrete descansó, después de envolverse en una toalla, recargar un poco de energía mientras secaba su cabello desordenado. Respiración lenta y profunda, no había dolor, pero sí mucho cansancio. ¿Cansado de qué? De disfrutar un poco más de lo que pensó.
De disfrutar la vida, de saberse un buen instructor de manejo y Shaka un buen alumno, "casi el mejor". Shun descubrió que aquel momento podía ser tratado de igual a igual, Shaka bajaba la guardia y aceleraba el motor por la emoción del momento, lo hacía hasta que era consciente de haber rebasado el límite de velocidad, aún le costaba moderarse un poco, tal vez porque suponía una descarga grande de adrenalina al golpear el viento. Incluso siendo así, Shun gustaba de esos paros repetimos que le revolvía el estómago, porque lograba sacarle una carcajada al ver el rostro de Shaka apenado, había ocurrido en más de una ocasión, pero enseguida retomaba la marcha con una sonrisa abrumada, hasta que todo volvía a la normalidad.
Shaka todo lo resolvía, se disculpaba con dulzura y eso era grato, mucha ternura en sus palabras y el toque suave de las manos sobre el rostro de Shun; era delicado, cada vez con mayor frecuencia. De haber estado en una condición más saludable, estaba seguro de que sus mejillas se encenderían por la cercana de ambos cuerpos.
Jamás había sido cortejado, era obvio que no entendería todas aquellas atenciones de Shaka hacia él, en el corazón de Shun, muy en lo profundo, en lo más hondo lograba descongelarse un poco de la esperanza que hacía tiempo había tirado sin darse cuenta.
Un poco más repuesto, se colocó una a una las prendas en su cama, ató las agujetas de sus tenis y salió de la habitación, caminó hasta las escaleras, cada día le parecía más largo el pasillo y más lejanas las escaleras. Shun bajó paso a paso, sosteniéndose fuerte por el mareo que cada paso ocasionaba, sentía la punta de su pie tocar el escalón y al tocar con el talón, el golpe lograba sentirlo hasta la parte más alta de su cabeza.
No importaba, podría quejarse al estar de vuelta en su habitación. En ese momento la intensión que tuvo fue llegar tan rápido al comedor y sobreponerse antes de que Shaka bajara, pero... Shaka ya estaba abajo y aparentemente no había subido después de la clase de manejo. Hablaba con alguien dentro de la sala de estar, por móvil porque no escuchaba voz de algún interlocutor. Miró a lo lejos el camino hacia el comedor y después la distancia más corta hacia el estudio, en donde se escuchaba todo. Está de más decir que prefirió alcanzar a Shaka. Con unos pequeños toques en la puerta bastó para que el rubio dentro caminara hacia la entrada, sus pasos se escucharon.
