«Saint Seiya | Omegaverse | BL | ShakaXMu»
Shaka y Mu, dos pequeños niños que fueron criados con disciplina y rectitud para convertirse en dos "Omegas" del mas alto valor, sin embargo, todo cambia cuando en el primer celo de uno de ellos, todos des...
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Cap. 32: Le temo a todo.
Cuando dejó de sentir la tibia sensación en su cama, Mu se recorrió en el colchón para intentar calentarse nuevamente, no lo logró, estaba solo. Sintió en su pecho una pequeña punzada. Algo no andaba bien. Levantó su cuerpo sintiendo un enorme mareo al quedar sentado, fue consciente de la voz de Saga afuera, en el pasillo.
Esa voz gruesa que logró hacer que sus sentidos se agudizaran. Las pupilas se dilataron en la oscuridad; su cuerpo caliente, la garganta seca y el calor que se expandía de su entrepierna e irradiaba hacia sus rodillas y que le hacía entrecerrar las piernas.
Estaba excitado, con tan solo escuchar la voz del pasillo. Mareado por completo, inestable y aún así se esforzó por ponerse de pie para caminar fuera de la habitación.
"Te doy mi palabra, ahora descansa".
- Saga. - La voz de Mu era demandante, Saga aún con el móvil en la mejilla viró su cuerpo para observarle entre las sombras de la noche, con el pijama revuelto y el cabello alborotado pegado a la frente. - Mi celo.
El cuarto celo después de los días en la cabaña, Saga colgó la llamada y caminó hacia Mu con claras intensiones, lo tomó en brazos, ambos sabían por qué Mu lo buscaba, Saga tampoco podía controlarse demasiado después de la bomba de aroma a lavanda que simbolizaba a Mu y su celo. Su cuerpo enorme se calentó en segundos para corresponder la tibieza. Terminaron por rendirse uno al otro hasta el amanecer, hasta que el cuerpo de Mu no pudo más y Saga con dificultad aclaró su mente. El móvil había sonado durante horas, antes de tomar un poco de consciencia.
- Saga, Shion y Dohko han muerto y tenemos un problema aún mayor. Todo ha sido un atentado.
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Aquella mañana era fría, era como si algo mucho más grande que todos ellos presintiera lo que ocurría o como si una tristeza enorme se apoderara de la ciudad. Sensación de muerte; cuando todos murmuran y miran hacia el suelo después de que alguien se ha ido.
Incluso el tratamiento de Shun fue difícil aquella mañana, hizo lo que tenía que hacer y salió del hospital tan temprano como pudo, había algunos reporteros afuera, no era un secreto que su prometido se encontraba desde hacía un tiempo hospitalizado.
Aquella mañana no cruzó la calle para ir al hotel de siempre. Shaka tomó un taxi, llegó a su mansión y tomó un baño rápido, evitó las noticias durante el resto de la mañana, se sentía vacío, completamente confundido. Intentó mil y una formas de contactar a Ikki sin ningún éxito. Salir de la ciudad y dejar a Shun solo en el hospital tampoco era una opción.
Por más que intentara pensar en alguna persona que pudiera ayudarlo en ese momento, nadie se le venía a la mente, tenía que solucionar las cosas por sí solo, así había sido hasta ese momento y mientras más rápido lo hiciera, mucho mejor serían las cosas. Había una reunión, como postulante, tendría que acudir aquella misma tarde para los acuerdos, su abogado lo había dicho antes de colgar, imaginaba la peor de las situaciones, pero no le intimidaba en lo más mínimo el confrontar a quien fuese necesario.
