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Shaka y Mu, dos pequeños niños que fueron criados con disciplina y rectitud para convertirse en dos "Omegas" del mas alto valor, sin embargo, todo cambia cuando en el primer celo de uno de ellos, todos des...
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Cap. 30: Caída libre.
"No hay ningún medicamento que sustituya tu presencia y las feromonas con tu omega"
Había bastado sólo decir que Shun estaba en urgencias para recibir aquel consejo inesperado, la solución por un camino en el que no había podido pensar a causa de la desesperación. Escuchó y repitió en su mente las últimas palabras antes de quedar solo, nuevamente en los asientos del área de cuidados intensivos.
No le pareció una mala idea, confió. Habló con los médicos, quienes se admiraron de la decisión del alfa por mantenerse junto al Omega, le dieron completo acceso a la habitación y explicaron algunos detalles del tratamiento, la cercanía lo era todo, mientras Shun permaneciera inconsciente.
Shaka había escuchado a una de las enfermeras asegurar que cualquier cosa que dijera, el pequeño podría escucharlo, entonces Shaka fue más atento con sus palabras, susurros dulces que terminaban en caricias, mientras delineaba con sus dedos las formas perfectas del rostro de Shun. ¿Cómo es que no había sido encantado por aquello anticipadamente?
— Shun, estoy aquí, todo va a estar mejor. — Le aseguró con voz suave, el omega aún lucía pálido, con su delgadez extrema y los parpados cerrados que impedían se perdiera en sus ojos brillantes, Shun no sonreía, sus labios se mantuvieron inmutables a pesar de las confesiones de Shaka.
Shaka era el único que hablaba, él único en cambiar poco a poco aquel cariño por algo mucho más romántico. Su tranquilidad era regulada por el monitor de signos vitales y esas líneas fluorescentes con fondo negro que se perdían de forma infinita. El Alfa se empeñó en platicar todas las mañanas con él, día tras día hasta llegar a las primeras semanas de hospitalización.
Shaka había cambiado por completo su rutina, Shun se había convertido en su única prioridad, y si es que llegaba a salir del hospital, era sólo para tomar un baño en una de las habitaciones del hotel más cercano a la zona, había alquilado en los primeros días para evitar marcharse, así que incluso el tema del ministerio lo mantenía pausado. Realizaba la planeación de postulación desde su laptop en el reposet de cuero negro que un médico había autorizado para facilitar su estancia en la habitación.
Para ser honesto, Shaka encontraba todo el tema del ministerio como una perdida de tiempo. ¿Qué sentido tenía aquello ahora? Era absurda la forma en la que él mismo se había atado a aquella situación. Con el enorme resentimiento en sus hombros y aquella necesidad de vengarse. Y es que había pasado años a planear todo para llegar al lugar en el que ahora estaba, pero... ahora lo que más deseaba era poder apartarse de aquella posición y de aquel resentimiento que había podido consumir su vida.
— De no haber sido por ti, habría dedicado no sé cuantos años más a perseguir un pasado que esta enterrado. — Shaka acariciaba los cabellos de Shun para dejar libre su frente, crecía un poco y Shun parecía un poco menos pálido que los primeros días, no podía cantar victoria, existía una mejoría aparente, pero en cualquier momento podía ocurrir algo que perjudicara a su corazón y le hiciera entrar nuevamente en una crisis. — Pero te aseguro que cuando despiertes, estará todo solucionado, nos iremos de este lugar a donde quieras y volveremos a empezar desde cero, sólo tú, yo y... tal vez de vez en cuando Ikki quiera ir a visitarnos.
