Capitulo 32

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En Matatlan la educación fue fundamental, gracias a Ximena y Salvador con las charlas para la comunidad, Celia seguía con la alfabetización con los niños y ya el pueblo cambió la perspectiva que tenían en un principio, ya por lo menos el ver a dos mujeres juntas ya no era tema por todo el trabajo que se había hecho en el pueblo.
Piedad y Néstor concretan una relación después de pasar por altos y bajos y un pequeño error que casi cuesta las dos relaciones, pero esos malos entendidos fueron despejados, el amor se sentía por todo Santiago Matatlan después de todo es considerado un pueblo con tradición y cultura mezcalera que a través de la innovación será  conocido aún más en la República Mexicana.
Celia pidió ir con Martha a la iglesia, algo raro para ella, ya que la mayor parte del rechazo siempre ha venido de ella como institución pero aún así aceptó acompañar a Celia, quizás a ella también le faltaba tener un poco de paz. Se encuentran con el padre, pero este aún desconocía la relación por parte de Martha, pues ya Celia se lo había dicho bajo secreto de confesión y sus palabras fueron reconfortantes en su momento para ella.
Martha entro y le confesó que tenía aproximadamente diez años alejada de Dios por la discriminación de su expulsión club de fans, hablaron un buen de tiempo donde Martha pudo desahogarse de manera espiritual y de una manera sagrada admitir un amor hacia alguien de su mismo sexo, el padre se dispone de manera simbólica dar la bendición a esta pareja la cual tuvo que pasar y afrontar para que hoy estén en santa paz pese a todo pronóstico y quizás expectativas que llevaba Martha agradecieron el hecho de aceptar y no juzgar algo que simplemente es amor.
Celia estaba muy contenta con lo ocurrido por lo que piensa que ya es momento de dar el otro gran paso y decide organizar una cena romántica y proponerle matrimonio a Martha, lo que está no sabe es que Martha ya se había adelantado a esto ayudada por sus amigos cercanos, Ximena, Salvador y Teresa. Celia al llegar a casa notó que estaba el comedor organizado y Martha la esperaba para el gran momento.

-Hola Amor. Le da un beso en los labios.

-¡Hola! ¿Y esto?

-Bueno quería prepararte una sorpresa por nuestra relación y el hecho de estar juntas

-Pero me hubieras avisado, por lo menos para estar acorde, no?

-Celia tu te ves maravillosa cómo estás, ven cenemos y disfrutemos de este momento ¿Te parece?

-Esta bien. Le decía Celia sonriendo.

Ambas conversaron y se adoraron como si fuera su primera cita, hasta que esta se levanta y se coloca enfrente de Celia y se arrodilla y saca un cofrecito:

-Celia, no sé que nos depare el destino, sabes mi sentir hacia ti y si en algún momento me comporté como no debía hoy te pido mil disculpas, quiero que sepas que desde el día en que nuestras miradas, yo quede flechadas e intente acercarme y lo hice, de verdad no pensé que se fuera a transformar en amor, un amor que aunque tuvo de todo,  hoy (se le entrecorta su voz, mientras sus lágrimas brotaban) quiero que sepas que no hallo una vida sin ti, sin tus ojos y mucho menos sin tu presencia, Celia ¿Te quieres casar conmigo?

-Martha, claro que si, claro que si mi amor, la levanta y se dan un beso. Martha le coloca el anillo a Celia y ambas emocionadas con lágrimas y la emoción a flor de piel sellan su amor con este compromiso y próxima boda por lo civil, ya que de manera religiosa tuvieron su bendición simbólica. Esa noche fue mágica e inolvidable para ambas.

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