Capitulo 17

716 52 5
                                    


A la mañana siguiente bien temprano José María buscó a Piedad para pedirle que lo acompañara a la plaza, ya que habia convocado al pueblo para tratar de disuadirlos y que no siguieran con las humillaciones hacia Celia y Martha, Piedad lo acompaña y en la plaza ya estaban esperando Teresa, Eduardo, Salvador y Ximena, a lo lejos ellos se percatan de que va llegando Raymundo, sí así, Raymundo Madrigal llega hasta allá
Todos y cada uno fueron hablando de lo sucedido con Martha y Celia, todos y cada uno de ellos hablaron de los comportamientos de estas mujeres y que no estaban haciendo nada malo, solamente amarse, los habitantes del pueblo escuchaban con atención y aunque muchos murmuraban que eso jamás se habían visto en matatlan, fue iba a pasar si los mños las veian, preguntas que obviamente son respetables e inclusive normal.
Ximena expreso lo que una noche Martha le habia dicho:

-Muchos de ustedes aqui no entienden porque dos mujeres estén juntas, pero hoy quiero decirles que Martha había rechazado a Celia porque sabía perfecto que esto podría pasar, pero no tuvo miedo y aunque ustedes conocen a Celia también saben que es una Chavita que no se mete con nadie, es más esta ayudando a muchos de sus hijos, porque no le preguntan si ella ha faltado el respeto o ha hecho algo indebido delante de ellos

- Señorita, mi hijo me ha contado que ella es muy buena y que en una ocasión Martha también llegó a ayudarla y todo fue grandiosa, bueno asi me dijo mi hijo. Decía uno de la multitud.

-Se dan cuenta, no hay nada malo, oscuro o raro aquí, asi que dejen de agredirlas sea fisicamente o con palabras que son ofensivas, todos aqui somos seres humanos y sentimos, así que por favor a respetarnos.

Raymundo tomó ahora y continuo y dejó claro que aunque son cosas que no se vieron aquí en el pueblo, le consta que Martha es una buena mujer y muy respetuosa y de la chamaca pues es una entrona pues quiere que los demás también salgan adelante.

-Así que yo Raymundo Madrigal les digo que aqui en Santiago Matatlan no hay enfermas o alguna enfermedad como les han dicho, seamos un pueblo para Martha, paque ella se fue precisamente porque estamos cerrados y no veía futuro aquí y que casualidad que llega otra vez y se tonga que ir porque ustedes la quieren echar, las cosas no son así, por favor Señores es momento de respetar.

-Don Raymondo, Laureano nos dijo que temamos que sacar a Martha porque iba a contagiar a las mujeres y niños por eso nuestro miedo y como es la autoridad, le hicimos caso, Patrón. Decia otro en medio de la multital.

-La autonidad aquí soy yo (Llegaba Augosto y que ya había escuchado todo) por lo pronto a esto le colocaremos un alto y cualquiera que falte el respeto o intento de agresión a Martha o Celia onfrentara cargos penales y saben que ustedes o más bien nadie querrá estar señalado por la autoridad.

Martha y Celia estaban desayunando y estaban un poco inquietas porque el pueblo estaba en silencio, aunque estaban un poco temerosas porque no querían ser víctimas de agresiones, Celia Se asoma con cuidado en la puerta y se percata que no hay nadie, cierra
la puerta nuevamente.

-Martha mejor quedémonos aqui, espera llamaré a Piedad para ver qué ocurre

-Está bien Celia, llamala a ver. Le decia Martha mientras recogía la mesa.

Celia habló con piedad y esta le dijo lo que estaban haciendo por lo que Celia no evito emocionarse, así que están todavía reunidas por lo que Celia entonces se despide mientras de su hermana. Celia llega de inmediato a la cocina y le dice todo lo que le contó piedad, Martha tampoco pudo evitar el emocionarse porque sabia que son las personas más buenas que aquellas que nos quieran hacer daño, ambas se miraron y sabian que de poco a poco ya las cosas empezarían a calmarse, Celia le da un beso a Martha y la abraza y ella le corresponde el abrazo.

MARCELIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora