Parte/27Empieza mi nuevo trabajo.

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Nuevo jefe.

El primer día de trabajo mi jefe me puso al tanto de cuál iba a ser mi trabajo.

―Mire Alejandro, en este escritorio esta toda la información que he recabado de la revolución, he seguido paso a paso todos los acontecimientos desde que el conflicto empezó, su trabajo va a consistir en poner todos los papeles en orden. De cada enfrentamiento con nombre y fecha. La revolución está llegando a su fin, solo es cuestión de que los dirigentes se pongan de acuerdo para firmar la nueva constitución, cualquier día de estos saldrá la noticia en todos los periódicos y cuando todo esto termine llevaré la información a una editorial para dejar plasmada la historia en un libro.

Después de hacerme varias preguntas y más pruebas sobre mis habilidades, el hombre quedo conforme y yo quedé satisfecho con el sueldo pactado como ya dije antes, éste más elevado que el que recibía en la hacienda, me explico que solo iba a necesitar mis servicios hasta poner en orden toda la información, yo acepte, confiando en que cuando terminara el trabajo ya saldría otra oportunidad de otro empleo.

―Discúlpeme señor, pero yo no puedo trabajar en medio de tanto polvo, primero tengo que limpiar y creo que voy a necesitar ayuda.

―Comprendo, comprendo lo autorizo a que contrate a dos personas, lo único que le pido es que las personas que usted elija sean de su entera confianza y por supuesto sepan leer y escribir, en su sueldo va a ir incluido el de sus asistentes y otra cosa usted es el responsable por el trabajo de sus subordinados.

―Si señor confié en mi tengo a las personas indicadas, mañana mismo estaremos aquí a primera hora.

Al día siguiente muy temprano nos presentamos Eva, Bruno y yo, nos esperaba un arduo trabajo, en un principio solo pensé en Eva, pero después pensé que cuatro manos no iban a ser suficientes por lo que decidí incluir a Bruno, afortunadamente al día siguiente el jefe tuvo que salir de viaje por varios días, lo primero que hicimos fue recorrer las cortinas y abrir las ventanas eran casi tan altas como la puerta de la calle, éstas estaban protegidas de barras de acero, la luz entro a raudales y el aíre empezó a circular, una de las empleadas nos trajo lo necesario para asear el lugar, nos enfrascamos tanto en el trabajo, que no nos dimos cuenta del tiempo transcurrido hasta que nuestro estómago no lo hizo saber. Se presento la empleada que ya conocía a decirnos.

―La comida está lista, vénganse conmigo si me hacen el favor.

―Muchas gracias señora.

Nos condujo hasta el final del mismo corredor ahí estaba la cocina, había una mesa grande con sus respectivas sillas, la cocinera nos recibió con una gran sonrisa.

Pásenle espero les guste mi comida,

―Antes de comer nos haría favor de decirnos donde podemos lavarnos las manos.

―Ah si, pasando los escusados, lueguito, lueguito están los lavaderos,

En cuanto regresamos, la señora nos sirvió sendos platos de comida, tortillas de maíz recién hechas y agua fresca de Jamaica, cuando me contrato el señor Mark, no me dijo que la comida estaba incluida en el trato. Después de degustarla, que siendo sinceros estaba muy sabrosa, seguimos con nuestra tarea, quitamos el polvo de los muebles, libros, papeles etc. eso nos llevó varios días, el trabajo hubiera sido más rápido si alguna de las empleadas nos hubiera ayudado, pero ellas tenían terminantemente prohibido entrar a esas dos habitaciones. Al final el lugar quedo apto para empezar nuestro verdadero trabajo.

Era mucha la información que teníamos que clasificar, Eva y yo nos encargamos de lo que estaba escrito en inglés y Bruno lo de español, gracias a eso nos enteramos del motivo que disparo el inicio de la revolución, ésta empezó con la destitución del dictador, Porfirio Diaz, seguida de la muerte de Madero hasta llegar a la rebelión de los campesinos contra los hacendados, cada capítulo era supervisado por el señor. Y tal como lo dijo el señor Mark. El presidente Carranza convocó un congreso Constituyente para redactar la Constitución, la cual, tras ser votada, se redactó en enero de 1917, entrando en vigor el cinco de febrero de ese mismo año, marcando el final de la Revolución Mexicana.

La lucha había sido costosa. Uno de cada ocho mexicanos había muerto, la lucha también fue destructora de muchos de los progresos porfiristas. Los ferrocarriles y los puentes fueron blanco favorito de los revolucionarios, pero también las haciendas, fábricas y minas, la mayoría de los combatientes se unieron voluntariamente a la lucha, pero muchos otros fueron incorporados contra su voluntad, muchas mujeres fueron raptadas, violadas y forzadas a desempeñar papeles insospechados.

Al dar fin la revolución, la gente que se sentía ganadora estaba contenta, pero pronto empezó a sufrir el tormento de los precios altos y la falta de trabajo. El poco dinero que ganaban no les alcanzaba ni para comer. En todas las familias había alguien a quién llorar, hasta los campesinos que habían ajusticiado a sus amos ya no decían como al principio, que si estaba muerto o exiliado era porque se lo merecía, tampoco pudieron seguir negando que ahora estaban peor que antes. El gobierno había expropiado las pocas haciendas que quedaron en pie o semi-destruidas, en cuanto la constitución entró en vigor, el gobierno devolvió la propiedad a todo el que llevara la escritura de propiedad, la tierra se repartió a los campesinos ya que como lo proclamó el Caudillo del Sur Emiliano Zapata. "LA TIERRA ES PARA EL QUE LA TRABAJA".

AlejandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora