Milagro.
Lucia repartía su amor maternal entre sus pájaros, dos gatitas, un perro y las rosas de su jardín, un buen día cuando ya teníamos cinco años de casados Lucia me recibió con una gran noticia.
—¡Alejo tengo algo muy importante que decirte!
—¿Es algo bueno o malo? —Muy bueno, es algo que hemos esperado por mucho, tiempo vamos a la cocina y mientras cenas te digo de que se trata.
—Ándale pues vamos a cenar que traigo mucha hambre.
Lucía me sirvió el plato de comida, calentó, tortillas de harina, yo al ver que no me acompañaba a cenar le pregunté.
—¿Y tu mujer no vas a cenar?
—Ahorita no tengo hambre.
—Está bueno ¿Y qué es eso tan bueno que me tienes que decir?
—¡Que por fin la Virgen de Guadalupe nos hizo el milagro!
—Por tu cara adivino que ha de ser algo muy bueno.
—Si, viejo es algo muy bueno, vamos a tener un niño.
En se momento estaba tomando mi café para poder pasar bocado, casi me ahoga con la noticia—. Cof, cof, cof, Mujer por Dios como te pones a darme esa noticia así de sopetón casi me ahogo ¿Pero estás segura de eso, no será una falsa alarma? No, no Alejo estoy muy segura, ya tengo tres meses de espera
—¡Cómo que ya tienes tres meses y me lo dices hasta ahora!
—Estaba esperando a que amacizara, doña Martina la partera me dijo que ya pasando los tres primeros meses ya no hay peligro de que lo pierda.
—Mañana mismo te llevo con el doctor, para que te dé una buena revisada y te pongas en manos de él.
—Está bien, pero creo que no hay necesidad de eso, doña Martina me puede seguir viendo ella tiene mucha experiencia.
—Yo quiero que te vea el médico y no se hable más del asunto.
Y dicho y hecho, al día siguiente la llevé con el médico, éste la reviso muy bien, y nos confirmó la noticia, la única recomendación que le dio, fue que comiera bien y solo en caso que sintiera algo fuera de los ascos y mareos fuera a verlo, Lucía siguió atendiéndose con Martina por consejo de su madre Eustolia.
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Alejandro
RandomLa novela cuenta la historia de Alejandro, ésta ha surgido y cobrado forma a partir de algunos relatos, escuchados de aquí y de allá, avivando la imaginación de la escritora; por azahares del destino, las memorias de Alejandro caen en las manos de V...