—No quiero salir, no me quiero levantar, no quiero nada —me quejo tapandome la cara con la almohada.
—Dale, Cande, toda la noche tuviste para llorar. No vamos a dejar que te quedes tirada ahí —Oriana estira la sabana que me cubre para intentar que me levante.
—Mira que nos vamos hoy y no la ves a Oriana hasta marzo —me amenaza Paulo.
Dios, los odio, no me dejan estar triste en paz. Ayer a la madrugada se fue Lisandro, no me respondió ningún mensaje ni llamada, y hasta hoy no vuelve. No sé a dónde se fue, solo sé que estoy lo más mentalmente inestable posible.
Después de la pelea mis amigos me ayudaron a desalojar a todos los invitados, hasta Cami se fue con Reece, pero creo que no se enteró de todo lo que pasó. La única que más o menos vio la pelea fue Ailen, esa forra que no quiero ni ver. Me confirmó que vio que Enzo salió del sótano ese día que cortó la luz. Lo peor es que entre él y yo no pasó nada desde que nos volvimos a ver, el mayor acercamiento fue cuando le hice la nota. Eso es lo que me hace mierda, que por un rejunte de casualidades terminé quedando como una infiel a ojos de Lisandro, cuando jamás lo engañé.
Todo esto es culpa de Enzo, desde que lo vi en el casamiento no paran de pasar cosas una tras otra.
Después de la amenaza de Paulo me saco la almohada de la cara y suspiro poniéndome de pie.
—Me voy a levantar solo porque es su último día acá —advierto, desde hoy que quieren que salga a despejarme y yo ni ganas de ver la luz del día.
—¿Te fijaste si te llamó? —me pregunta Paulo.
Niego con la cabeza y, con todas las emociones que cargo, empiezo a sollozar de nuevo. Oriana se acerca a abrazarme.
—Dale Cande, me hace mal verte así, amiga. Encima vos no tenés la culpa de nada, ellos dos son los monos que no se saben comportar —sentencia.
Que me permita dudar, capaz si de entrada no le hubiese ni hablado a Enzo todo sería diferente ahora.
—¿Por qué no lo llamás vos? De nuevo... —sugiere Paulo, ganándose una mirada asesina de mi amiga.
—Si no me respondió ninguna de las 100 veces que lo llamé, menos ahora —me seco las lágrimas.
Acá no tenemos familia, a lo sumo amigos, así que sospecho que fue a casa de alguno de ellos, si no es que fue a un hotel. La primera persona que se me ocurre es Muri, pero no creo que Lisandro sea tan boludo para ir con ella después de lo que pasó el otro día.
Mientras mis amigos me hacen el favor de arreglarme la cama, me siento en un puff para revisar mi celular que anoche lo puse en silencio para no estar pendiente de si sonaba o no.
Tengo varias llamadas perdidas de Enzo, anoche ni nos vimos cuando se fue porque Oriana no lo dejó acercarse. También me mandó mensajes, que decido ignorar.
Además de él, me escribió Cami para contarme que hoy va a salir a merendar con Reece. Me alegro por ella, lo único bueno de ayer es que ni se cruzó con Alexis y Ailen. Que, hablando de ella, también me escribió para asegurarse de que entre nosotras estaba todo bien. Ni le respondo.
Abro Instagram para ver si Lisandro subió algo después del post de año nuevo, pero nada. Lo que me encuentro es totalmente diferente a lo que esperaba, más de dos mil etiquetas en comentarios y fotos. Intento ver de manera general qué es lo que causó tal revuelo, hay una nota donde especulan que ente Lisandro y yo hay problemas. Gracias al cielo en ningún momento mencionan la pelea de ayer, pero es mucho peor lo que ven mis ojos.
Por todos lados están subiendo una foto de Lisandro y Muri, se ve que un camarógrafo los captó saliendo de compras hoy a las 9 de la mañana.
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Lado a Lado | Enzo Fernández
FanfictionCandela va al casamiento de Ori y Paulo sin esperar encontrarse con Enzo, el morocho por el que se moría de pendeja. Solo que ahora todo es diferente a cuando vivían en el barrio. Enzo Fernández • Licha Martínez © Prohibida la copia y/o adaptación d...