Los ojos me arden cuando los abro, la luz que entra por el ventanal de la pieza de Enzo me encandila. Una vez que me acostumbro, apoyo mi mano sobre el colchón para poder sentarme y mirar hacia mi lado, donde Enzo todavía duerme.
Miro la hora en mi celular, son las 9 de la mañana y me cae la ficha de que estuve fingiendo demencia demasiado tiempo cuando veo tantos mensajes de Lisandro.
Amor ♥️
📞 27 llamadas perdidas
dónde estás Cande?
seguís enojada?
volvé y hablemos
me tengo que ir a entrenar
cuando vuelva hablemos
por favor
te amo mucho mi amorDudo de si responderle o no y termino ignorandolo. De todas formas de hoy no pasa, tenemos que hablar sí o sí y no tengo idea de qué hacer. Me engañó y de eso no se vuelve..., lo sé porque yo besé a Enzo y volví a sentir algo que creía muerto.
Me levanto despacito sin ser tan ruidosa para no despertarlo, primero me quiero arreglar un poco. Como no traje ropa, voy a su armario para ver qué le puedo usurpar para poder vestirme. Tiene varios estantes con zapatillas, un perchero exclusivamente de camisetas de fútbol, otro con remeras de salir, abrigos y estantes con pantalones; es como mi clóset pero versión hombre. Le mecheo una camiseta del Chelsea porque él tiene varias y yo ninguna, después me acerco a tomar un buzo del estante. Intentando sacar uno termino tirando tres buzos que estaban apilados, menos mal que es algodón y no son ollas.
Me agacho a levantarlos para doblarlos y que no haya pasado nada, pero arrugo la frente al ver, entremedio, una cajita cuadrada, como de joyería.
Una sensación rara recorre todo mi cuerpo, algo me dice que no la toque. Como si fuera una señal, Enzo empieza a toser dormido y decido que no necesito otra carga emocional, por lo que apilo los buzos nuevamente y meto la cajita entremedio.
Esa sensación rara que se acentuó en mi vientre, me hace replantearme lo que estoy por hacer. ¿Darme un baño en casa de Enzo para vestir su ropa?
Creo que es hora de volver a casa y hablar con Lisandro.
Dejo la ropa que había tomado en su lugar, después agarro mi cartera y me aseguro de que Enzo siga dormido para poder irme. Me despediría, pero simplemente no lo hago.
Una vez que llego a casa, me doy una ducha rápida y me arreglo un poco antes de que llegue Lisandro.
La casa se siente un poco vacía, diferente, supongo que por lo que estuvimos pasando este último tiempo. Me pone un poco mal eso después de los años que vivimos acá y todo lo que pasamos, es ciertamente triste lo que hicimos ambos aunque él no esté enterado del beso con Enzo. Y tampoco sé si se va a enterar...
La cosa es que dudo de si terminar todo ahora, si en realidad tengo que dejarlo porque me engañó o simplemente estamos a mano. Es que no me imagino una vida sin él, no por lo económico, sino porque teníamos toda una vida juntos asumida. Solo era cuestión de tiempo de que todo de nos dé, como el casamiento o formar una familia. Si bien nunca me paré a pensar en eso, ni si lo quería, era como obvio que tenía que pasar.
Me siento en el sillón donde el otro día peleamos para esperarlo. Para colmo, enfrente tengo la chimenea con varias fotos arriba, todas de nosotros, de cosas que vivimos juntos.
Hay una más reciente también sobre la mesita ratona, donde yo estoy bañada en huevos y harina y él me abraza, ambos nos vemos felices.
Noviembre, 2023
Salgo por la puerta aguantandome las ganas de llorar, se me hace más fácil fingir estar triste porque realmente estoy emocionada. Acabo de rendir la última materia que me quedaba para recibirme y la aprobé, pero todavía me queda espacio para dramatizar un poco.
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Lado a Lado | Enzo Fernández
FanfictionCandela va al casamiento de Ori y Paulo sin esperar encontrarse con Enzo, el morocho por el que se moría de pendeja. Solo que ahora todo es diferente a cuando vivían en el barrio. Enzo Fernández • Licha Martínez © Prohibida la copia y/o adaptación d...