Pagaran por lo que hicieron

Capítulo 18: Fiesta y copas de más, segunda parte

Trato de llevar a Mad hacia otra parte para impedir que vea a su novio traicionándola una vez más, pero fracaso en el intento.

—Ve a divertirte, enseguida vuelvo.—me indica y a paso firme la veo acercarse a Mitch.

—Ahí vamos de nuevo...—digo en voz baja y decido ir a una de las barras en el momento que noto que comienzan a discutir.

Pido otro trago al chico de la barra.

—Hey, tu eres el chico nuevo, ¿cierto?—afirmo reconociéndolo.

—Así es, mi nombre es Trevor.—responde a modo de saludo.

—Hola Trevor yo soy...

—Sé quien eres.—me interrumpe muy seguro.

—Ah, ¿sí?

—Sí, el gorila que tienes como primo se encargó de decirnos, o mejor dicho decirme que si te veía tan solo un poco ebria "partiría mi cara de niño bonito".—dijo lo ultimo haciendo comillas en el aire.

—¿Primo?—digo sin entender a quien se refiere.

—Ryder... ¿Acaso no es el sobrino de George?—dice haciéndome recordar la mentira que debemos llevar a cabo por un asunto de seguridad.

—Oh, sí... a veces olvido que somos familia.—hago una mueca y él se carcajea ante mi expresión.

—Creo que sé a que te refieres.—confiesa, me guiña un ojo con complicidad y luego hace un gesto hacia la pista a mis espaldas.

Antes de poder voltear, Ryder aparece a mi lado y Trevor sigue atendiendo a las demás personas.

—¿Qué estás tomando? ¿Eso es alcohol?—dice tratando de robarme el vaso de la mano, pero soy más rápida que él y se lo impido.

—¿Qué quieres, Ryder?—digo bastante irritada.

—¿Estás ebria?—pregunta acercando su nariz a mi boca.

—Es mi primer vaso, es imposible que esté ebria.—miento sin hacer contacto visual con él.

—¿Por qué no me miras?—dice tomándome del mentón.

Doy un golpe a su mano rechazando su roce y lo fulmino con la mirada, luego de verlo con esas chicas no puedo soportar que me toque.

—¿Por qué no vas a molestar a una de tus amigas y me dejas en paz?—trato de escaparme pero toma mi mano y tira de ésta haciendo que me dé un golpe contra su pecho.

—Estás celosa.—afirma con una sonrisa en el rostro.

—Suéltame.—digo mirando hacia otra parte.

Contrario a lo que acabo de pedirle, me abraza por los hombros y me pega a él tanto como le es posible.

—No puedes enfadarte conmigo.—habla en mi oído provocando que un escalofrío recorra mi columna vertebral.

Finalmente me suelta y termino mi bebida de un sorbo, sé que no es lo mejor pero me temo que estando sobria no tendría el valor de decir lo que estoy a punto de decir, dejo el recipiente vacío sobre la barra y me cruzo de brazos.

—No puedo creer que actúes como si nada hubiese pasado.—comienzo.

—¿De que hablas?—me pregunta frunciendo el entrecejo.

—De lo que ocurrió esta mañana...

—Nada ocurrió Julie.—sus palabras llegan a mi como un balde de agua helada, estoy herida pero no voy a demostrárselo.