Capítulo 30: Volver a casa

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La maleta se resbala de mis manos y cae al suelo haciendo un fuerte ruido en toda la planta alta. La levanto nuevamente y me encargo de ordenar todo lo que tenía dentro.


Las últimas tres semanas han sido muy agotadoras, luego de convencer a George de mi decisión, lo cual no fue nada fácil. Él aceptó pero con la condición de que no estuviera sola así que habló con Mad y ella no se lo pensó ni por un minuto, inmediatamente aceptó a mudarse conmigo. Así que George comenzó a buscar una casa para que podamos mudarnos, obviamente tuve que hacerlo cambiar de idea sobre comprar una casa tan grande como esta.


—¿Estás lista?—pregunta Mad con una enrome sonrisa mientras entra a mi habitación.


Me siento sobre mi maleta para poder cerrarla y cuando termino con mi acción le sonrío—Lista.


En la planta baja nos encontramos con Penélope, George, Ryder y Trevor. Dejo la maleta en el suelo y me acerco a abrazar a George a la misma vez que Maddison se despide de Penélope.


—¿No olvidas nada?—me pregunta George sin soltarme.


—No. Ya está todo listo, y si no nos marchamos ahora, llegaremos muy tarde a Maryland.—informo intentando apartarme de él, pero lo único que consigo es que su abrazo sea más fuerte.


—¿Estás segura de que quieres marcharte? Podría contratar a alguien para que vaya a Maryland, no tienes porque marcharte.—apoya ambas manos en mi hombros.


—Estaré bien, Mad irá conmigo.—respondo intentando calmarlo.


Penélope planta un sonoro beso en mi mejilla y camino hacia mi maleta a la misma vez que Ryder se inclina para tomarla, inmediatamente le lanzo una mirada asesina consiguiendo que se aparte.


—¿Está todo bien entre ustedes? Han estado actuando muy extraño últimamente.—habla George a nuestras espaldas.


—Perfectamente, como siempre.—respondo con una sonrisa. Noto la incomodidad de Ryder por el rabillo de mi ojo.


—Jul...


—¿Nos vamos?—hablo antes de que consiga decir algo—No quiero que encontremos demasiado tráfico.


—Déjame ayudarte con esto.—dice Trevor tomando mis maletas y guiñándome un ojo.


Trevor sigue a los demás hacia afuera y yo pretendo hacer lo mismo pero Ryder me lo impide tomándome del brazo. Con brusquedad me suelto de su agarre.


—Suéltame. No quiero que vuelvas a tocarme.


—¿Te marchas por mi?—interroga invadiendo mi espacio personal.


Apoyo mi mano en su pecho con firmeza para hacer que retroceda—No eres el centro del universo.—respondo con desdén.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora