Capítulo 4: Macbeth, segunda parte.

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Los músculos de mis piernas duelen, puedo oír mi respiración agitada y sentir gotas de sudor bajando por mi frente, corro tan rápido como mis piernas me lo permiten. Finalmente logro ver la entrada del instituto, estoy llegando tarde y ya me espero pasar todo el día después de clases en detención.

Entro al edificio y todos están aún en clase, rápidamente entro al baño para mojarme un poco el rostro, faltan unos pocos minutos para que comience la hora del almuerzo. El timbre suena y yo lentamente salgo del baño mezclándome con la multitud de alumnos desesperados por ingresar a la cafetería.

Diviso la figura de Ulises junto a su casillero y me acerco a él.

—Hola, faltaste a las primeras clases.—dice tomando algo de dinero de su casillero.

—Sí, tuve un problema con mi madre.—respondo restándole importancia.

De pronto veo por el rabillo de mis ojos como alguien se para cerca de nosotros interrumpiendo nuestra conversación.

—Uhmm... ¿Julie?—el mismísimo Derek Harris se ha acercado hasta donde nosotros nos encontramos.

—¿Qué quieres?—pregunto con el ceño fruncido, seguramente está a punto de hacerme alguna clase de broma.

—Ayer fui a tu casa y no estabas...—comienza diciendo, inmediatamente veo la cara de sorpresa de Ulises, aún no le he dicho nada.

—Sí, lo sé...—contesto fría, estoy a la defensiva y Derek lo nota, pasa una mano por su cabello con una mueca de incomodidad.

—Uhmm... Quería saber cuando comenzaremos a hacer el proyecto para la clase de literatura.—el asombro se presenta en mi rostro sin poder disimularlo.

—¿Estás diciendo que me ayudarás a hacer el proyecto?—creo que éste chico ha enloquecido por completo, primero deja a la reina del drama y luego comienza a ser responsable, veo como se forma una sonrisa en sus labios, yo he bajado la guardia sin darme cuenta.

—¿Te parece mañana? Después de clases en mi casa.—dice sin quitar la sonrisa de sus labios.

—No puedo, debo cuidar a mi hermanita...—digo recobrando un poco mi postura, estoy a punto de terminar de hablar cuando él me interrumpe.

—Bien, entonces que sea en tu casa. Debo irme Julie te veo después de clases.—vuelve a sonreírme y se marcha por el largo pasillo, dejándome con la palabra en la boca.

—¿Qué acaba de pasar?—digo mirando a mi amigo, quien está tan sorprendido como yo.

—¿Abducción alienígena? Sí, debió haber sido eso.—dice Ulises acomodando sus gafas en el puente de su nariz.

Suelto una carcajada mientras comenzamos a caminar hacia la cafetería, escucho como Ulises suelta un pequeño suspiro, siempre ocurre lo mismo y ambos estamos cansados de eso, pero ninguno de los dos es lo suficientemente valiente para hacer algo para detenerlos.

Finalmente entramos mientras las demás personas nos chocan cuando intentamos avanzar, llegamos a nuestra mesa habitual, la más apartada de todas, está junto a un gran ventanal que deja ver parte del campo de fútbol. Tomo asiento en la mesa mientras Ulises deja su mochila en el asiento frente a mí.

—¿Quieres que te traiga algo?—pregunta aún de pie junto a la mesa.

—No gracias, no tengo hambre.—respondo, la verdad es que luego de tantos años soportando toda clase de bromas me da mucha vergüenza el comer en público y además estoy guardando el dinero del almuerzo por si acaso.

Ulises me mira por unos segundos dudando si creer o no mis palabras, pero finalmente se va en dirección a la larga fila de estudiantes que esperan comprar sus almuerzos. Al estar completamente sola siento que alguien me observa, giro mi cabeza y veo como Brooke junto con el resto del séquito de la reina del drama murmuran cosas mientras voltean a verme, luego aparece Max uniéndose a la conversación. Lo que me pareció muy extraño es que Derek no esté con él.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora