Capítulo 28: El día después; Primera parte

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Despierto al sentir los cálidos rayos del sol en mi rostro y me acurruco un poco sintiendo una molestia en mi bajo vientre. Al abrir los ojos veo como los diferentes tonos del alba tocan cada cosa en la habitación, Ryder se encuentra frente al enorme ventanal usando solo un par de boxers mientras observa a la nada. Me fijo en la perfección de su rostro serio notando el lento subir y bajar de su pecho.

Mi corazón se acelera de tan solo recordar cada lugar de mi cuerpo que tocaron sus manos y el roce de sus labios sobre mi piel. Me sorprendo a mi misma mordiendo mi labio inferior mientras mis ojos recorren su cuerpo una y otra vez.

Al parecer puede sentir que lo observo ya que lentamente voltea su cabeza en mi dirección y comienza a caminar hasta la cama.

—¿Cómo te sientes?—pregunta sentándose en el borde de la cama.

—Algo adolorida, pero estoy bien.—aseguro y tomo su mano mientras le muestro una sonrisa.

Ryder escanea mi rostro y traga saliva.

—Escucha Julie...—comienza a hablar y hace una larga pausa para tomar aire—Lo de anoche fue un error. Nunca debió pasar.

—No lo dices en serio.—digo negándome a creerle.

Él aparta su mano de la mía y siento un vacío en mi interior mientras me mira apático.

—¿Por qué estás tan segura?

—Porque sé que sientes lo mismo que yo siento por ti.

Y es su risa sarcástica la que se clava cual daga en mi estómago.

—Respóndeme algo... ¿Qué creíste que pasaría luego de tener sexo?—cuestiona mordiendo su labio pero no me deja responder—Creíste que estaríamos juntos, ¿cierto?

<< ¿Qué es lo que está ocurriendo? Esta persona frente a mi se ve como Ryder pero no puedo creer que sea él quien está hablándome. >>

—¿De verdad fuiste tan estúpida para creer que yo saldría con una chica como tú?—dice mientras se pone de pie y vuelve a dirigirse hasta la ventana.

Exactamente en este momento puedo oír mi corazón destrozándose en pequeños pedazos y mi labio inferior tiembla mientras escucho esas ya conocidas palabras salir ahora de sus labios, la diferencia es que ésta vez el sonido de su voz es como acido en mis oídos.

—¿Una chica como yo?—logro decir a sus espaldas luego de tragar el nudo en mi garganta.

—Tan... ingenua.—responde volteando a verme.

Su sonrisa burlona me hiere más de lo que imaginé, pero no pienso mostrarle lo herida que estoy. Bajo mi vista a mis manos tratando de hacer que dejen de temblar.

<< No llores, no llores. >>

Me repito una y otra vez, finalmente cuando logro contener mis lágrimas alzo la cabeza lentamente y le muestro mi mejor y más grande sonrisa, lo que provoca que su expresión cambie casi inmediatamente.

—Tienes razón...—comienzo mientras salgo de la cama y paso mis pantalones por mis piernas—Fui tan ingenua que creí que podía evitar lo inevitable.

—¿Y qué es eso?

—Que tengas una larga y triste existencia, sólo.

Lo veo tragar en seco luego de oír mis palabras y con la dignidad que me queda termino de vestirme y salgo de esa habitación. Camino tan tranquila como me es posible ya que sé que está observándome y tras entrar en mi habitación cierro la puerta lentamente a mis espaldas.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora