Capítulo 41: La feria

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El fin de semana en los Hamptons no fue el mejor que he pasado, pero parece que no fui la única que tuvo un par de malos días. Al volver a casa me encontré a Mad envuelta en una manta sobre el sofá de la sala mientras abrazaba un enorme recipiente de helado y miraba "The longest Ride", lo que sin duda me afirmaba que algo había ocurrido y estaba deprimida.

Entre lágrimas mi mejor amiga me contó que había roto con Trevor en el momento que vio que una de las chicas que trabaja para George comenzó a coquetearle. El arrepentimiento de mi amiga era muy obvio en el momento que confesó que no quiso escuchar a Trevor, y simplemente volvió a Maryland.

Desde entonces, Trev ha estado tratando de comunicarse con Mad todos los días pero ella se niega a enfrentarlo. Es muy obvio que toda ésta desconfianza fue generada por su relación con Mitch y sinceramente me entristece mucho el verla tan deprimida, y también oír a Trev tan triste.

Observo mi reloj mientras camino por los pasillos hacia la oficina del director, al entrar, su secretaria me sonríe amablemente y de la puerta frente a ella sale Emma, cargada con una cantidad tan grande de panfletos que casi le tapan la visión.

—Laila, gracias a Dios que estás aquí. Ayúdame con estos panfletos por favor. —Emma me entrega la mitad de los que lleva y me sonríe.

—¿Por qué necesitas mi ayuda exactamente? —la veo caminar hacia la puerta por donde acabo de entrar y la abre.

—El resto del equipo del comité de bienvenida está encargándose de las decoraciones y comprar lo que falta para la feria...—sostiene la puerta abierta con el pie para que pueda pasar—Además estarás libre de la profesora Finnick por varios minutos. —me guiña un ojo con complicidad mientras caminamos por los pasillos vacíos.

—Mi heroína. —sigo su juego—Uhm... Emma? ¿A donde vas? —pregunto cuando deja un rollo de cinta adhesiva en el suelo junto con un pequeño montón de panfletos y la veo caminar hacia la puerta que da al campo de football.

—Iré a colgar estos panfletos del otro lado del instituto, tú encárgate de éste sector. —antes de que pueda decir nada desaparece por la gran puerta.

Bajo mi mirada a las cosas en el suelo y suspirando me agacho a tomarlas. No crei que fuera a dejarme sola. Tomo uno de los panfletos y lo apoyo contra una de las columnas del pasillo para comenzar con la tarea que me encargo nuestra presidenta del comité de bienvenida.

Luego de unos veinte minutos pego el último de los panfletos junto a la entrada de los baños de chicas. Doy un salto cuando de pronto siento un par de manos posarse en mis caderas.

—Rayos. —exclamo cuando la cinta adhesiva cae al suelo resonando en todo el pasillo.

—Lo siento, no quería asustarte. —se disculpa Derek recogiendo lo que se me ha caído.

—¿Qué quieres? —tomo la cinta de su mano y me alejo un paso.

—Que hablemos.

—No tenemos nada de que hablar. —intento alejarme de él pero toma mi brazo impidiéndolo.

—Claro que sí. Nos debemos una cita. —se acerca más a mi, sin romper el contacto visual.

—No lo voy a hacer, Derek.

—¿Por qué no? —por un segundo veo frustración en sus ojos.

—Amber es tu novia no yo. —toda esta situación ya me está cansando.

—¿Quieres que deje a Amber por ti? Lo haré. —suelta de pronto.

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Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora