Capítulo 14: Ya no más

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Termino de bajar las escaleras y lentamente me asomo a la cocina.

Veo a Ryder sentado en la larga mesa que hay en la habitación, está dándome la espalda y Maddison se encuentra de pie a su lado. Ambos están mirando atentamente la pantalla de la laptop que se encuentra entre ellos. 

Desde mi lugar no consigo distinguir qué es lo que están mirando, por lo que lentamente me acerco hasta quedar justo en medio de ambos.

Ni bien distingo lo que están mirando, me paralizo, el aire comienza a faltarme y siento como el sudor frío se adueña de mis manos. 

—¿De dónde sacaste esto?—pregunta Ryder.

—Alguien me lo envió. Es viral.—responde Maddison, aún no han notado mi presencia. 

Las lágrimas que intento retener pican en mis ojos, mi respiración ahora es más fuerte. Todo el dolor y la humillación que sentí en esos momentos vuelve a mi. Cierro las manos en puños y me siento la persona más patética del mundo cuando me escucho suplicando para que se detengan.

—Apágalo.—digo no más fuerte que un susurro, mientras siento como las lágrimas bañan mi rostro. 

—Julie, no sabía que estabas ahí.—dice Maddison mirándome sorprendida, me doy cuenta de que no sabe muy bien que hacer.

—¡Apágalo!—grito y me abalanzo hacia la computadora. 

Con manos torpes intento detener el video pero lo único que consigo es subir el volumen al máximo, entro en estado de pánico y siento las lagrimas quemar mi rostro mientras continúo intentando detener ese maldito video. Siento un par de manos sujetando mis brazos y mientras intento soltarme sin querer le doy un golpe a la computadora y esta se estrella contra el suelo.

Forcejeo pero de un movimiento Ryder me aferra a su cuerpo pegando su pecho a mi espalda, su agarre es firme y me sostiene de tal forma que estoy completamente inmovilizada. Observo como Maddison me mira con los ojos muy abiertos y una mano cubriendo su boca, puedo notar que me mira con lástima. Bajo mi cabeza, no quiero su lástima ya me siento lo suficientemente patética. 

—¿Qué es lo que está ocurriendo?—George aparece junto a nosotros luego de todo el escándalo.

—¡Suéltame!—no quiero que además de ellos dos George también me vea así. 

De un movimiento de cadera logro hacer que Ryder pierda un poco el equilibrio, lo que me facilita el salir de su agarre. Tan rápido como mis piernas me lo permiten subo las escaleras y me encierro en mi habitación. Apoyo mi espalda contra la puerta mientras intento detener las lágrimas que corren por mi rostro.

No puedo creer que se haya hecho viral al video. No quería que ellos se enteraran de lo que había ocurrido, quería borrar esa parte de mi vida pero mi pasado me está persiguiendo y no puedo hacer nada para escapar. Lo que es peor es que todo el mundo puede ver lo patética que soy. 

¿Ahora que pasará? ¿Qué tal si George me pide que me vaya? Tendré que ir a otro lugar, es evidente que no puedo volver a casa. Me pregunto si mi madre habrá visto ese video, ¿Qué pensará al respecto?

Me siento impotente, ahora que el video está en Internet todos me reconocerán como la tonta a la que engañaron. Me siento completamente humillada, insignificante. Tengo miedo de que sigan riéndose de mí, no quiero que nadie me vea. 

Lentamente deslizo mi espalda por la superficie de la puerta hasta que quedo en el piso, llevo mis piernas a mi pecho y escondo mi rostro entre ellas. Desearía haber sido lo suficientemente valiente para haberlos detenido cuando debía hacerlo.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora