Capítulo 33: Alianza

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—¿Quién eres?

—Eso no importa ahora.—responde con aire misterioso y se apoya sobre los lavabos mientras enciende un cigarrillo.

—¿Por qué crees que necesito ayuda?—me cruzo de brazos a la defensiva.

—Eres ella, ¿cierto?

—¿Tu mamá no te enseñó a no responder una pregunta con otra?

Da una calada a su cigarrillo mientras me observa fijamente—No fue una pregunta. Eres la chica que desapareció hace dos años.

—¿De que hablas? Por supuesto que no.—giro mi cabeza hacia la puerta para saber que tan lejos me encuentro de ella.

—Te escuché hablando con el geek. Además no eres buena para mentir.—dice acercándose a mi.

—No estoy mintiendo.

—Tu cuerpo me dice otra cosa.—da una última calada y arroja su cigarro al suelo para luego aplastarlo con el pie—Acabas de buscar la forma más rápida de salir de aquí, lo que me indica que estás incomoda con este tema de conversación en particular. Tus brazos cruzados muestran que estás a la defensiva, eso debe ser porque ocultas algo, y tu expresión en este momento me demuestra que he acertado en todo. ¿O prefieres que continúe?—pregunta en tono socarrón.

Parpadeo tratando de no demostrar lo sorprendida que estoy por su "análisis" y trato de demostrar una postura más relajada.

—¿Por qué quieres ayudarme?—el chico me muestra una sonrisa de lado mientras se encoje de hombros.

—Aburrimiento, este instituto es más aburrido de lo que crees.—alzo una ceja sin creerme mucho sus razones.

—¿Por qué crees que tengo intenciones de hacer algo?—cuestiono. El chico estira aún más los labios y se acerca un poco más a mí.

—Porque has vuelto y además con una nueva identidad.

Suspiro quitándole importancia a lo que acaba de decir y me acerco a la puerta

—De todas formas, aunque planeara algo no confiaría en alguien que no es capaz de decirme su nombre siquiera.—la puerta del baño se abre y un chico del equipo de futbol entra al baño, lo que hace que nos ganemos una extraña mirada de su parte.

—Bien hecho hermano.—dice riendo estúpidamente luego de "sacar una conclusión" de lo que hacíamos en el baño.

Finalmente entra a uno de los cubículos y por mi parte salgo del baño tratando de que nadie note mi previa presencia en el lugar.

Camino a toda velocidad por los pasillos vacíos mientras deseo tener a Emma junto a mí para que me muestre uno de sus atajos. Observo por la pequeña ventana de la puerta que todos ya están en clase y la profesora de Filosofía escribe sin parar en la pizarra.

Abro la puerta y la profesora voltea inmediatamente con el ceño fruncido.

<< Vaya, la cara de loca sigue igual >>

—Llega tarde, señorita.—dice la profesora Finnick abrazando un libro.

—Lo siento, me perdí.—digo la primer excusa que se me viene a la mente.

—Ya veo...—deja el libro sobre su escritorio y escribe algo en un pequeño papel—Aquí tiene algo que le ayudará a ubicarse.—me entrega el papel y veo que este es un pase para detención.

<< Genial, primer día y ya debo ir a detención. Maldita chiflada. >>

—Señorita Finnick, no es su culpa. Fui yo quien la entretuvo.—volteo al oír la voz de Derek a mis espaldas.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora