Capítulo 19: Citas

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Giro sobre mi misma tratando de seguir durmiendo pero el sonido de una aspiradora me impide lograr mi objetivo, me abrazo a mi gran almohada y lentamente comienzo a abrir los ojos. Tardo unos cuantos segundos en reconocer el lugar en que me encuentro y recordar lo que ocurrió la noche anterior.

Me quedo unos segundos contemplando el lado vacío de la cama. No sé por que estoy tan sorprendida, es bastante obvio que Ryder no es la clase de chico que te desea un buen día luego de haber dormido en la misma cama que él.

Ni siquiera sé porque me preocupo por eso.

—Despertaste.—oigo esa familiar voz provenir desde el baño.

Contengo mi respiración y me cubro el rostro con una mano—¡¿Qu... que haces Ryder?! ¡Estás desnudo!—miro hacia otra dirección mientras siento su mirada desde la puerta del baño.

—Sabes, normalmente las personas se bañan desnudas.

—Podrías haber cubierto tu cuerpo con una toalla, después de todo sabías que había alguien más en la habitación.—declaro sintiendo el intenso calor en mi rostro, vaya forma de despertar.

—Lo siento pero no estoy acostumbrado a tener que cubrirme nada con las personas que entran a mi habitación...—me responde y separo un poco mis dedos. Al ver que su cintura está rodeada por una toalla descubro mi rostro.

—Bien, entonces creo que me iré así podrás estar... como gustes.—respondo. Me pongo de pie y tomo mi vestido junto con mis tacones.

Antes de llegar a la puerta la mano de Ryder me impide abrirla.

—Tranquila bonita. Creo que tienes algo que es mío.—me dice con la mano a la altura de mi cabeza. Su cabello está húmedo y por su torso aún hay esparcidas varias gotas de agua.

—Por favor Ryder, no me hagas esto.—le ruego luego de verlo hacer un gesto hacia la camiseta que llevo puesta.

Se acaricia el cuello con su mano libre y luego se toma del mentón—Veras... es mi camiseta favorita y quería usarla hoy.—alega sin poder contener la sonrisa.

Es exasperante, no puedo creer que sea tan cretino. Está torturándome y lo disfruta...

—Bien.—gruño y de un empujón lo aparto de mi camino.

—De hecho...—me detiene tomando mi cintura—El baño está hecho un asco...

Inmediatamente comprendo su insinuación y lo fulmino con la mirada, pero sé que no me dejará marchar a menos que lo haga a su forma...

Me alejo lo más que puedo de él y le doy la espalda, puedo sentir sus ojos siguiendo cada uno de mis movimientos. Tomo mi vestido y comienzo a subirlo por mis piernas sin quitarme la camiseta, escucho una suave carcajada surgir de su garganta al notar mis acciones. Finalmente compruebo que el vestido esté en orden y paso la gran camiseta por mi cabeza.

Al girar lo veo aún de pie junto a la puerta y con una sonrisa torcida adornando su rostro—Chica lista.

A paso firme me acerco a él, le arrojo la camiseta al rostro y abro la puerta de una vez—Imbécil.

Salgo de la habitación dando un fuerte portazo y camino hasta mi habitación, la cual, sorprendentemente está vacía. Decido darme una ducha rápida antes de bajar a desayunar.

—Buen día.—saludo a Penélope y Mad cuando llego a la cocina.

—Buen día para ti...—responde mi amiga con un extraño tono sentada sobre la isla en medio de la cocina.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora