Capítulo 23: Demons

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Con el paso de los días, las insinuaciones de Ryder aumentaron notablemente y por lo tanto las mías también al competir por quien de los dos sería el primero en rendirse y finalmente concretar ese beso que personalmente no puedo esperar por sentir.

Me encuentro en la cocina cuando el timbre suena y veo a Ryder dirigirse al intercomunicador.

—¿Qué quieres imbécil?—gruñe.

—Sólo dile a Laila que estoy aquí.

Al oír mi nombre me acerco al intercomunicador y por la pequeña pantalla vislumbro el jeep negro perteneciente a mi más reciente y ahora íntimo amigo esperando para atravesar las cercas metalizadas de la gran casa.

—Pasa, Trev.—digo y permito el ingreso del vehiculo todo terreno a la propiedad.

Abro la puerta principal mientras veo a Trevor caminar hacia mí.

—Hey, te ves bien.—dice sonriente y se quita sus gafas de sol.

—Gracias Trev, tu también.—respondo y le doy un abrazo a modo de saludo.

—¿Lista?—me pregunta dando un paso para entrar en la casa.

—Casi.—digo antes de voltear para tomar mi gorra favorita.

—¿Saldrán?—volteo al oír la voz de Ryder y lo veo recargando un hombro contra la pared.

—No tardaremos mucho.

—Lo que sea.—dice sin interés y se encoge de hombros.

Ruedo los ojos por su actitud y sigo a Trevor hacia la salida. Nos subimos al vehículo todo terreno y mi amigo le da vida al motor para poder comenzar con nuestro recorrido por varias tiendas y así comprar todo para esta noche.

—Antes de comenzar con las compras, necesito que hagamos una rápida parada.—informa él mientras se estaciona.

—Wow acabas de sonar igual a Maddison.—digo un poco nostálgica—¿A que tienda debemos ir?

Llevo mi atención en la dirección que apunta su mano y lo miro curiosa al ver que es una tienda de tatuajes. Personalmente nunca pensé que Trevor era el tipo de chico que le gustaban los tatuajes.

—Andando.—dice guiándome hacia la tienda.

Al entrar al lugar nos recibe un hombre con una gran barriga y con el cuello y ambos brazos completamente cubiertos por tatuajes. Su nombre es Bubba y luego de hablar con él por unos minutos puedo darme cuenta de que no es tan intimidante como lo creí en un principio.

Cuando Trevor se quita la camiseta echo un vistazo, además de a su marcado torso, a su brazo derecho en el cual un gran tigre abraca completamente su hombro.

—Vaya es muy bonito.—digo contemplándolo fijamente.

Bubba suelta una carcajada mientras arma el gran aparato para tatuar—Esa chica sí que sabe como quitarle lo masculino a un gran tatuaje.—arrastra su silla hasta donde se encuentra sentado mi amigo y sigue hablando—No es "bonito" es asombroso.—me corrige.

—Lo siento.—digo algo apenada—Y ¿duele mucho?

—¿Quieres hacerte uno?—me pregunta Bubba antes de mojar la punta del gran aparato en un pequeño recipiente con tinta. El zumbido que genera el artefacto hace que un escalofrío recorra mi cuerpo.

—Me gustaría hacerme uno... pero no tengo el valor, es decir, que diría mi familia...

—Laila, necesitas dejar de pensar tanto las cosas.—me dice Trevor mientras Bubba comienza a colorear el tatuaje.

Pagaran por lo que hicieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora