Hogwarts

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Jamás sus ojos habían visto un lugar tan fantástico como el castillo; No solamente por su gran tamaño, sino, por los fantasmas que transitaban tan libremente y la cantidad de comida que allí había.
Albus jamás había soñado con un lugar así, que a sus pequeños once años pareció embriagarse de la dicha que significaba ser mago. Había tenido un viaje difícil, contrariado por las preocupaciones que le albergaban. Su padre detenido y su madre sol en casa,, con sus dos hermanos. Sin embargo, fue su manera de enfrentar las cosas lo que le hizo quizá ese día fuera un día atesorado.

—¡Albus Percival Dumbledore!—resonó como un eco.
Caminó hacia el taburete donde reposaba un simpático sombrero. Albus le obsequió una sonrisa y se sentó. Se sentía feliz y dichoso por estar allí.

—Oh, veo ambición, pero mucha nobleza. Y una gran osadía para demostrar quién eres realmente... si... ¡GRYFFINDOR!

Los Secretos de DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora