Había recibido la fatídica noticia hace tan solo unos dos meses, dejando a la familia completamente sola en aquel fantasmal pueblo. Era la cruda realidad que Albus no quería aceptar. Y es que él no había hecho nada para recibir tal castigo. Afectado por la muerte de su madre, comprendió que con ella también se verían ofuscados sus anhelados planes de hacer sus propias travesías con un ex compañero. Tanto había anhelado dejar aquel mundo aburrido en el que estaba para enfrascarse en aventuras y poner al límite sus habilidades que aquella noticia había sido un verdadero golpe, un cambio drástico que interrumpía todas sus expectativas por ahora.
Había sido un buen estudiante, el mejor de su clase, a decir verdad, tenía un futuro brillante por delante, todos sus profesores se lo habían dicho. Lo que no le dijeron era que no podría seguir adelante. Su hermana estaba enferma, la debilidad de su condición y la precisión de sus cuidados le hacían imposible cumplir sus metas, y es qué tal vez la oportunidad de salir de allí, de ese pequeño y aburrido pueblo estaba por ahora lejos.
Dumbledore agotado de tener que asumir la tarea de cuidar a su hermana, en su interior sentía sentimientos encontrados. La muerte repentina de su madre, una hermana incapacitada por cuidar y además como hermano mayor, permitirle a su hermano estudiar- aunque este último fue el primero en querer asumir el cargo de ella-. Albus era bastante orgulloso para dejar que eso ocurriera. No podría permitirlo, aunque en el fondo quería salir de allí, en su conciencia sabía que no era lo correcto por lo que debía asumir su rol aunque le llevara un poco de tiempo era lo único que le quedaba hasta que su rol terminara. En algún momento Aberforth terminaría sus estudios y seguramente no tendría objeciones en cuidar de Ariana. Después de todo, ya habría hecho suficiente por ambos y su conciencia no sentiría cargos.
En la tranquilidad de una fuente en el Valle de Godric, muy cercana a su casa, Albus descansaba durante esa tarde de vacaciones aprovechando que su hermano cuidaba de su hermana. Merecía un descanso, tiempo para él-pensó-por lo no le importó perderse unas horas. Su hermano Aberforth le detestaba, pero Albus siempre lo supo. Siempre se sintió un total incomprendido, nadie lograba satisfacer su curiosidad y sed de saber. Nadie hasta ese día.
Como sabría que aquel día jamás olvidaría la clara luz de esa tarde lo vio por primera vez.
La buena y vieja señora Bagshot, vecina y amiga de la familia había estado muy al pendiente del muchacho durante esos meses y había sido testigo de cómo su sonrisa se había apagado de a poco al tener que asumir el cuidado de su hermana. Tal vez conmovida la mujer había antes hablado exhaustivamente de un familiar suyo; la mujer parecía estar interesada en que ambos se conocieran quizá para de alguna forma animarle o debido a la consideración que le tenia.
—Oh, Albus, querido aquí estás. — interrumpió la voz rasposa de una mujer, acaparando completamente la atención de Albus quien estaba leyendo. A su lado le acompañaba un chico de ojos azules muy claros, casi grises. Lo miraban con una curiosidad casi infantil, y una sonrisa a medias altiva, adornaba su rostro y le daba luminosidad. — Te presento a mi sobrino nieto Gellert Grindelwald, del que tanto te hablé— dijo la mujer con una sonrisa en los labios y totalmente extasiada por el encuentro.—Gellert, este es el chico del que te hable, Albus Dumbledore.
—Encantado.—sonrió el contrario, inclinándose un poco para tenderle la mano.
Albus se puso de pie de inmediato, no sin antes marcar la página con un pequeño objeto, acción que no pasó desapercibida por el muchacho que miró curiosamente. —Igualmente.—respondió Dumbledore, al fin estrechando su mano con la otra firmemente mientras se preguntaba que tanto habría contado de él la señora Bagshot.
Quizá fuera efecto del ángulo y la luz cristalina de aquella mañana, pero a Dumbledore le pareció que la mirada del chico era muy límpida y penetrante, inquietantemente penetrante.
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Los Secretos de Dumbledore
General FictionTodos los escritos son de mi propiedad. No copie o se inspire en ellos.