La siguiente clase durante la tarde tenía lugar en la sala del tercer piso. Había murmullos por todos los pasillos, extendiéndose inclusive hasta llegar al salón por la enigmática profesora presentada en el banquete que a pesar de su semblante estricto, transmitía confianza. El interés se ceñio en muchos ya que el anterior profesor había jubilado y precisamente ese año debían rendir sus exámenes Timo's.
Un joven alto y delgado de cabellos color castaño rojizo se abrió espacio entre los estudiantes que iban ingresando, cargando entre sus manos unos cuantos libros para la clase. A su lado le seguia Elphias Doge, quien para ese entonces apenas le llegaba hasta el hombro. Frente al salón había una pizarra dónde estaba escrito en términos teóricos una pregunta: "qué era la magia". La pregunta le pareció intrigante al principio, ¿como algo tan sencillo que ya era propio de cada uno, exactamente no hubiese una palabra que la definiera? muchos compartieron sus opiniones hasta formar un todo ese día, a lo que parecia una clase seria y practica, se transformó en una charla de conocimientos teoricos antes de iniciar con lo practico. Más allá de hacer enojar a alguien con evocar algo tan simple, les hizo ese día reflexionar, y hasta relajar un poco los nervios del primer día de clases.
-Entonces, ¿De qué manera podemos exteriorizar nuestra magia? -inquirió la bruja, que usaba sobre su cabeza un turbante color lila.
Nuevamente las manos se alzaron sobre sus cabezas y Albus no se habia quedado atrás, como cada vez que sabia o no sabia algo.
La bruja lo señaló y como era costumbre, se puso de pie a explicar su respuesta a ella y sus compañeros: -La varita es el objeto a través del cual una bruja o mago canaliza su magia, haciendo posible que esta salga de ella y obtengamos los efectos esperados.-explicó intercambiando miradas con sus compañeros y la profesora. -Aunque está garantizado que una vez poseas la máxima concentración y una habilidad excepcionable para realizarlos solo con la mente, se podria no necesitar la varita. -aclaró con tal fascinación que sus ojos brillaron y el pecho se le infló, pues era una de sus metas en un plano no muy lejano. -Los únicos que no necesitan de una varita son las criaturas magicas, porque poseen esta habilidad innata. -finalizó el mago, y una vez recibió la aprobación de la profesora Dorothea, tomó asiento para ella misma complementar la información.
La clase se mantuvo en completo silencio hasta que la mano de Margaret se alzó con una nueva pregunta que sin proponerselo quedaba perfectamente con las criaturas que habían estado estudiando.
-¿Y que ocurre si por alguna razón una bruja o algún mago no puede canalizar esa magia? -preguntó - Alguna vez revisando los periódicos de mi abuelo leí que años atrás habían muchos obscurial a causa de las cacerías de brujas. Muchos magos y brujas niños no pudieron hacer uso de su magia y....
-La reprimieron - añadió la profesora, esta vez con un tono diferente que para el joven mago no pasó desapercibido ante sus oidos.
-Como saben, los magos y brujas siglos atrás eran perseguidos por gente no -maj, lo que desencadenó que muchos niños vieran frustrada su habilidad mágica. No todos perecieron en la hoguera- explicó la mujer sentándose en el escritorio, dando una leve pausa antes de continuar.
-Pero, profesora ¿Qué es un obscurial? -preguntó otro. La misma duda tenía Albus, pero había sido incapaz de ser él quien preguntase. La sola mención de muggles le había erizado y enfriado la piel al recordar la enfermedad de Ariana desde el día del ataque.
-Lo que les venía diciendo - aclaró -son jovenes magos o brujas que mediante de abusos psicológicos o físicos, generalmente por temor a ser perseguidos por muggles generan este tipo de magia incontrolable haciendo que pierda su control fácilmente. Generalmente se puede apreciar como un gran viento o torbellino destructivo invisible. Aún no hay mucha información sobre cómo controlarlos. Los intentos de estudiarlos han resultado desfavorables...
Sus manos se cruzaron y luego tuvo que abrazarse así mismo para no desvanecer, y luego nuevamente llevó las manos sobre el pupitre como si quisiera evitar salir de allí en ese momento con la información que había conseguido. Tal parecia que esa era la condición de su hermana, pero aún no existía una cura.
-¿Es posible separar el obscurus de una persona?- preguntó.
-Me temo que aún se está evaluando eso, Albus. Como verás estos casos hoy en día ya no son tan frecuentes como hace algunas epocas. Aún así, jamás he escuchado de alguien que lo haya logrado.
Sus palabras enerbaron en lo más profundo de su alma. ¿A caso su niña estaría destinada a tener esa condición?, ¿no podría alguna vez ser una bruja feliz? No podía aceptarlo, y lo peor es que con esto co firmaba que el diagnóstico de Ariana era algo terrible. Un abuso que la había dañado quizá de forma irremediable.
-Albus, ¿estas bien?- le preguntó Elphias.
La profesora había comenzado a llamar a los estudiantes para practicar algunos encantamientos defensivos y de ataque.
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Los Secretos de Dumbledore
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