CAPITULO 38. NOMBRE CLAVE.

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Una canción de una banda japonesa retumbaba en los oídos de Kiriko mientras limpiaba su departamento. Llevaba unos cascos de color cian que la privaban de todo el ruido exterior. Kiriko se tomó la libertad de entonar la canción con su propia voz siguiendo la letra de la misma. En el silencio de su departamento y con la cancelación de ruido de los cascos ella no se preocupaba por el volumen de su propia voz, hasta que le pareció escuchar un golpe seco a sus espaldas. Al principio no le prestó atención, pero luego se volvió a escuchar aun mas claro, y cuando por fin se giro y quedo de frente a la puerta del departamento se sorprendió al ver como la pueta repiqueteaba por los golpes que alguien estaba dando desde afuera. Se quito los cascos al instante y se enderezo del todo. Otro golpe provoco el mismo temblor en la puerta y esta vez pudo escucharlo con claridad. Kiriko retrocedió un paso y miro con seriedad aquella puerta, y sin despegarle el ojo a la entrada camino hasta una estantería de la cocina y poniéndose de puntilla recogió un kunai que reposaba en una canasta de mimbre entre unas bolas de estambre. El arma brillo con el resplandor de la luz de la cocina. Kiriko comenzó a caminar lentamente hasta la puerta, preparando cinco tipos diferente de defensa y otros veinte de contrataque.

-¡Kiriko por Dios! ¡Abre la maldita puerta! —La voz de ronca de Genji al otro lado de la puerta resonó por todo el pasillo.

Al instante kiriko exhalo aliviada y dejo escapar toda la tensión que había acumulado. Camino velozmente hasta la pueta.

-Ya voy, ya voy, disculpa, estaba escuchando... —Al abrirle la puerta su amigo entro de una manera que ella tenia tiempo sin ver. Genji se desplomo delante de Kiriko y todo su cuerpo excepto sus pies estaban dentro del departamento. No llevaba puesta su mascara, y junto con el había una maleta de hombro. El golpe que se dio fue seco y cuando menos doloroso.

- ¡Genji! ¿Qué demonios te paso? -Kiriko no perdió el tiempo y arrastro a su amigo dentro de su apartamento.

- Debiste de ver como quedo el otro... —La voz de Genji se sofocaba por el piso que tenía debajo, había caído de boca.

- Demonios, ¿Crees poder levantarte?

El gruñido sofocado de Genji duro unos cuantos segundos, y luego intento apoyarse en sus brazos para luego ponerse a gatas y luego sobre una rodilla. Se veía pálido y exhausto.

- ¡¿Y a ti que demonios te paso?! —Dijo preocupada.

El ninja no respondió, en su lugar comenzó a temblar. Esto le recordaba a Kiriko aquellos tiempos en los que Genji llegaba borracho a altas horas de la noche a su casa porque en la suya no le habían abierto. Luego la madre de Kiriko lo reprendía y después lo dejaba entrar.

-No Genji, olvídalo, mejor túmbate de nue... —Kiriko no pudo terminar cuando Genji volvió a ceder ante la gravedad. Esta vez se desplomo hacia su derecha, golpeándose fuertemente la cabeza. Genji ni siquiera se quejó.

- ¡Dios mío Genji! —Colocándose ambas manos en la boca—. Llamare a una ambulancia.

-No...a-ambulancias no por favor —Suplico desde el suelo.

- ¡Te estas muriendo Genji! —Lo reprendió en un tono enfadado.

- ¿Mamá...? —Murmuro Genji.

-Llamare a la ambulancia... —Concluyo Kiriko.

-No, no, n-no, estaba bromeando... solo has lo que tu abuela hacía, ¿Puedes...? —Pidió Genji.

Kiriko lo miro, analizando de forma cuidadosa la situación.

-No se si valla a funcionar, hace mucho que o lo hago —Advirtió Kiriko.

-Por favor... —Suplico Genji.

Close to an angel ( Genji x Mercy )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora