CAPITULO 3. DOS DRAGONES, DOS LAGRIMAS

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1 mes antes de que Genji despertara...para ser más exactos, un día después de aquella noche tan trágica..

Hanamura su ubica en algún lugar de Japón, una ciudad llena de placeres y lujos para todo aquel que sea capaz de financiárselos, en aquel sitio, la mafia Japonesa es un pila fundamental para la subsistencia del mismo sitio y El Clan de los Shimada es el imperio yakuza mas poderoso de aquel lugar y no por nada todos le temen a cualquiera que sea parte de dicha organización criminal; no solo por su fama de ser la única que ah trabajado libremente y por años sin ningún tipo de consecuencia legal, si no por sus métodos de combate y castigos que aplicaban a aquellos que creían eran acreedores a recibir uno.

En una de las montañas de la zona residencial de Hanamura, se encuentra erguido majestuosamente el castillo de los Shimada, casi tan antiguo como el mismo clan, y específicamente ese día reinaba un silencio fúnebre en todo el lugar y el olor a incienso impregnaba el salón principal de ceremonias, ahí en medio de la pequeña multitud de personas que se había congregado aquella noche, se encontraba un joven, con una expresión seria y sin la capacidad de reflejar emoción alguna, y así se mantuvo toda la ceremonia, con su mirada clavada en la fotografía del difunto; la ceremonia termino y después de un rato todos se retiraron y solo quedaba aquel joven y uno de los ancianos que lideraban parte de la organización de los Shimada. Aquel joven no se movió, ni hablo durante todo el tiempo que estuvo allí y se mantuvo así hasta que el anciano se acerco a el y lo tomo del hombro.

-Estoy orgulloso de que tu si tuvieras el valor de hacer lo que tu padre no pudo y debió haber hecho hace años

Ni siquiera tuvo la intención de mirar a aquel anciano cuando pronuncio aquellas palabras.

-Gracias...

-Era tu deber honrar la memoria y el legado de tu difunto padre... se que a el no le hubiera gustado, pero era lo necesario.

-Era mi deber, y mi responsabilidad- dijo de manera muy seria sin mover ni un solo musculo de su cuerpo.

-Me alegra que lo veas de esa manera muchacho, se que serás un buen sucesor, tienes agallas para hacer lo que los débiles no pueden hacer... yo también lo extrañare- dijo mientras miraba la foto en el altar, junto a mas ofrendas eh inciensos.

-Ya esta hecho...

-No te sientas mal, de los dos tu siempre fuiste el mejor, y lo sabes, tu hermano solo era un vividor y tu padre lo protegió como a un canario toda su vida, el no seria de utilidad para el clan, el solo era una carga innecesaria.- esto ultimo lo pronuncio con una voz firme y desalmada.

-Lo se... Aun así, no dejare de honrarlo... -Agacho un poco mas la mirada y aunque hizo de todo por evitarlo, dos diminutas lagrimas recorrieron sus mejillas brotando de sus ojos, se resbalaron por su cara y solo una callo al suelo, la otra se mantuvo en su mejilla...dos lagrimas... solo dos lagrimas.

-El tuvo muchas oportunidades de cambiar su estilo de vida, aun así no puedo negar su talento con la katana... es lo único que logramos recuperar de el...-

En el altar, yacía en una base de acero con detalles de oro, una katana con acabados tradicionales, envainada en una funda de piel de manta raya, con un mango de roble que presumía de una empuñadura perfectamente enhebrada con un material fino y resistente de color verde claro, casi fosforescente, muy bien presentada y que hacia el papel de reflector principal en la ofrenda.

-Mañana seguirán con la búsqueda del cuerpo, cierto?- aun con la mirada clavada en el suelo.

-Solo si usted lo aprueba, señor Hanzo...- el viejo hizo una pequeña reverencia de estilo asiático, agachando casi todo su torso y cabeza.

Close to an angel ( Genji x Mercy )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora