Cláusula secreta (Editada)

El amor es por siempre.

Estaba consiente de qué yo lastimaría a mi familia al perder el control.
Éso pasaría cuándo John asesinara a Lauri.
Ya lo había soñado antes.
Así qué opté por huir.
Eso fué cobarde.
Pero no sabía qué más hacer .
Entré a una dimensión dónde podría estar en paz, sin pensar en nada.
O eso creí.
¿Qué lugar era ése como para no tener tiempo ni espacio?
Sólo oscuridad.
Y luego la luz me cegó unos segundos.
Una mano me jaló y reí cómo loca al descubrir que era mi Lauri.
Me abrazó con fuerza contra su pecho.

-¡Yo también quiero!- dijo otra voz.

Alguien pequeño me tiró al piso.
Yo todavía estaba algo perdida por ese lugar.
Apenas procesaba dónde estaba.
Además de que había hecho algo para que todo lo que tenía dentro no se saliera de control.
Había estado preparando un ritual para que en caso de abrir la dimensión, me pudiera preparar en el limbo mentalmente.
Eso consumía parte de mi vida, así que no me importó.
Porqué ya había renunciado a mi familia y mi vida.
Mi vista poco a poco de adaptó a la luz.

- Oh,lo siento - dijo Lauri - debemos...

La habitación se oscureció.

-¡Oye no puedo verla!- dijo James.

- Ella tampoco a ti. Era un lugar muy oscuro.

- Estoy bien - dije algo ronca - creo que puedo con un poco de luz.

- ¡No la hagas hablar!- se enojó James.

Me reí.

-¿Ya no vas a dejarme?- preguntó una vocecita frente a mí.

-¿Qué?

- Te presento a Erick Lintu, nuestro hijo - dijo Lauri.

- Erick...

-¿De verdad es ella?- preguntó James.

-¡Qué estúpida pregunta! - dije al notar que estábamos en la biblioteca.

- Es ella - dijo Lauri - puedo sentir su enojo.

- Tengo que irme, cuida de ella - dijo James nervioso.

-¿Qué le pasa?- dije al verlo salir rápido.

- Tiene alguien a quién cuidar - dijo Lauri.

-¿Cómo lo hiciste? - quise saber.

- Me dejaste las instrucciones para sacarte por si lo olvidas.

- La mitad a uno y la otra mitad al otro...

- Así es, volví a ser uno solo.

-¿Cuánto tiempo?

- Siete años. Me tomó mucho tiempo. Necesitaba la ayuda de Erick.

Erick me abrazó y yo me sentí aliviada.

- Te llevaré a descansar - dijo Lauri.

-¿Entonces hoy es tu cumpleaños?- le dije a mi bebé.

- Fue hace una semana, pero no te preocupes, le hicimos una fiesta.

- Mi abuelo dice que me parezco a tí.

-¿Y no es así?- dije desconcertada.

- Tus ojos se ven castaños.

- Oh. Bueno, creo que puedo levantarme...

No, mala idea.
Casí me caigo de no ser por Erick.
Con una de sus manos me levantó.

-¿De verdad tiene tanto poder?- pregunté.

- Sí.

Lauri se me acercó y me cargó.

-¡Elisa!- gritó mi padre en cuánto salimos al pasillo.